La operación de trasplante de ego es un nuevo y aún experimental procedimiento quirúrgico que extrae una pequeña porción de materia gris de un donante –específicamente, del lóbulo cerebral donde reside la autoestima– y se implanta en un paciente que carece de amor propio. «El trasplante de ego es la manera más eficiente de subirle el moco a personas crónicamente moquicaídas», aseguró Seth Applebaum, residente de cirugía psiquiátrica en Mount Sinai. «Obviamente, primeramente enviamos al paciente donde un psicólogo para determinar si la carencia de autoestima se puede arreglar con una pasadita de mano y un ‘There, there…‘, y, si eso no funciona, enhocicándole medicamentos a diestra y siniestra… pero hemos encontrado que a veces la caidera de moco tiene que atenderse quirúrgicamente». El Dr. Applebaum, quien ha estudiado por años la posibilidad de transferir cualidades psicológicas de un paciente a otro, aseguró que su investigación dio un gran paso adelante cuando pudo estudiar el funcionamiento cerebral de Donald Trump, a quien describió como «un ego ambulante ataviado con un peluquín de cuarta categoría».
El galeno indicó que se le ocurrió pedirle a Donald Trump que sirviera como donante de ego porque «ese tipo tiene una autoestima inmerecida como pa’ darle a dos o tres», y el multimillonario accedió «porque cualquier publicidad en una campaña eleccionaria es buena… ¡sobre todo cuando te hace parecer generoso y compasivo en vez de como un hijuela codicioso y engreído!». Al estudiar al magnate de bienes raíces, el Dr. Applebaum descubrió que este no solo sería capaz de suplirle ego a varios pacientes, sino que es un donante universal. «Y no estoy diciendo que sea que tiene un cerebro muy grande y por eso puede darse el lujo de hacer muchas donaciones», aclaró el cirujano. «¡Es que el 90% del cerebro de Donald Trump está dedicado exclusivamente a crear, almacenar y alimentar su ego!». Dicho sea de paso, estudios secundarios revelaron que el otro 10% de su masa encefálica sirve única y exclusivamente para fomentar la idea de que su pelo no lo hace verse como un orangután engabanado.
El paciente que recibió parte del ego de Donald Trump, por su parte, aseveró: «Este trasplante –llevado a cabo en la sala de operaciones más lujosa del hospital más aclamado de los Estados Unidos– ha sido la intervención quirúrgica más exitosa en la historia de la humanidad. Mi recuperación ha sido envidiable: ¡nadie jamás ha sabido reponerse de una cirugía como yo! Ahora me siento como si pudiera hacer cualquier cosa en el universo, por más ridícula u ofensiva que le parezca a los demás: intentar registrar una frase tan común como ‘You’re fired!‘ como si me la hubiera inventado yo; tildar a todos los ciudadanos de un país de violadores y tiradores de drogas; o más inverosímil aún: ¡pensar que podría ser electo presidente de los Estados Unidos!».