Los niveles de agua en el embalse que le suple el preciado líquido a varios municipios del área metropolitana están tan bajos que la AAA ha tenido que implementar un plan de racionamiento que ha causado descontento entre todos los sectores del país excepto los vendedores de Odorono, Jean Naté y Febreze. La campaña, llamada «Apestemos Todos a Sobaco Juntos», dividirá a los abonados en dos zonas y limitará el suministro de agua a un día con servicio y dos días sin, logrando que miles de puertorriqueños se vean forzados a fingir ser los más panitas de quienes tengan agua. «A mí Yaimarie me cae como bomba», confesó una residente de la Zona A que prefirió permanecer en el anonimato porque hedía a chivo, «pero ella vive en la Zona B, así que todo sea por darme aunque sea un bañito de gato en casa ajena y ahuyentar un poco las moscas».
La situación se ha tornado tan desesperada que, en búsqueda de alternativas «poco tradicionales» y «totalmente ridículas», la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados pondrá al representante popular José «Conny» Varela a llorar día y noche sobre la represa de Carraízo en espera de que esto logre subir los niveles de agua. Varela es conocido por haberse plegado como nene chiquito para que le cogieran pena cuando lo acusaron de ni siquiera esperar a que se enfriara el cadáver de Willie Miranda Marín antes de postularse para la alcaldía de Caguas. Portavoces de la AAA intimaron que, según sus cálculos, «si Conny pudiese continuar esos embarazosos niveles de llanto de manera sostenida y sus lágrimas cayesen directamente sobre el embalse, fácilmente saldríamos de esta crisis en cuestión de días. Somos conscientes de que son lágrimas de cocodrilo… ¡pero que se joda, que esas también están hechas de agua,y eso es lo que importa!».
Para asegurar un flujo lagrimal ininterrumpido, el cuerpo de ingenieros de la AAA estará abasteciendo a Varela constantemente de novelas de Corín Tellado, episodios del muñequito ochentoso «Candy Candy» y la factura de la luz del mes pasado. Por su parte, Conny expresó, con voz entrecortada: «Me siento tan agradecido de poder ayudar a mis compatriotas en estos momentos de gran necesidad. Estoy seguro de que, si en algún futuro yo llegase a postularme para la alcaldía de algún municipio que rime con ‘Caguas’, los votantes puertorriqueños se acordarán de mí y de este gran sacrificio que estoy haciendo hoy por el amor tan grande que siento por mi pue–«, concluyó antes de que lo embargara la emoción y se le empaparan los ojos, causando que uno de los ingenieros rápidamente le pusiera una cubeta debajo de la cara y anunciara: «¡Todas las gotas cuentan!».