«Ok, papi, se acabó. Tengo que parar la pelea por tu propio bien. ¡No! ¡Se acabó, dije!», exclamó firmemente Cortez mientras Carlos Pérez lo miraba aturdido exclamando que él podía seguir dando la indefendible lucha. «Las reglas dicen explícitamente que si invocas ‘la mayoría silente’ pierdes automáticamente. ¿Que por qué? Porque delataste que fuera del grupo de ustedes, nadie que realmente importe los apoya, por eso. ¡Pa’ tu esquina, dije!», rugió con paciencia agotada.
«Debí haber parado la pelea con la estupidez esa de los libros con contenido sexual en la escuelas que ha sido desmentido a la saciedad«, continuó el árbitro, refiriéndose a la campaña desacreditada de grupos religiosos que muestran libros con dibujos de contenido explícito que supuestamente se iban a usar en las escuelas. «Cuando empezaron con esos golpes bajos deduje puntos, pero, muchacho, cuando dijo ‘mayoría silente’, miré pa’ la esquina de ellos a ver si iban a parar la pelea pero lo único que vi fue a Wanda Rolón embobá’ admirando su Rolex y decidí intervenir», explicó.
Cortez finalizó diciendo que no tiene problema con arbitrar la revancha, pero que si veía que volvían a usar embustes, demagogia y argumentos estrictamente religiosos, paraba la pelea inmediatamente, así fuera en los primeros diez segundos del primer round.