El más reciente y más embarazoso ejemplo de la falla del Servicio Secreto de ejercer efectivamente su trabajo se dio cuando un individuo identificado como Omar J. González –quien dicho sea de paso es de ascendencia boricua, y lo sabemos porque ya la prensa local se encargó de emplastarlo en sus primeras planas— saltó la verja de los predios de la Casa Blanca y llegó a entrar a la mansión ejecutiva antes de ser detectado y detenido. La directora del Servicio Secreto, Julia Pierson, tuvo incluso que comparecer ante un comité del congreso donde legisladores conservadores tuvieron que aparentar estar molestos de que la vida del presidente Obama hubiera podido estar en peligro. Por ejemplo, Darrell Issa, representante republicano por California, tildó esta falla de seguridad de «increíble e inaceptable», y le exigió a Pierson que le explicara exactamente cómo alguien pudo burlar los protocolos de seguridad de la Casa Blanca –y luego que le enumerara de qué otras maneras alguien podría hacerlo en el futuro, asegurando que solo preguntaba «por curiosidad».
Por su parte, el senador novoprogresista Thomas Rivera Schatz, hablando por la minoría del PNP, indicó que su colectividad tiene interés en que se contrate a Julia Pierson para que dirija la oficina de protección del gobernador de Puerto Rico. «Cuando uno piensa en un agente del Servicio Secreto encargado de proteger al presidente», explicó Rivera Schatz, «uno piensa en un tipo corpulento y más serio que un chavo ‘e pan –un tipo que no come cuentos y que está listo para entrarle a tiros al más lindo a la menor provocación. Sin embargo, ¿quién protege al gobernador de Puerto Rico? ¿Quién impide que el próximo Tipo Común se acerque lo suficiente como para atinarle un huevazo de lo más chulisnaquin? Lo más probable algún policía gordito que se la pasa to’ el día viendo televisión o jugando Candy Crush. ¡Eso es inaceptable! No podemos permitir que la vida de Alejandro García Padilla esté en manos de oficiales apáticos, aborrecí’os y sin entrenamiento federal… digo, lo de que sean apáticos y aborrecí’os eso no sé cómo arreglarlo, ¡pero el entrenamiento federal se lo puede dar la flamante Julia Pierson, que seguramente está buscando un guiso nuevo!».
Al preguntarle a Rivera Schatz si su afán por que la desacreditada exdirectora del Servicio Secreto esté a cargo de proteger a García Padilla se debe a que no lo molestaría muchísimo que algún atorrante le haga pasar una vergüenza al gobernador, el senador replicó airado: «¿¡Quién te llevó a ti ese chisme completamente falso!? ¿Acaso fue mi asistente Yiya? ¡Ella sabe que lo que se discute en la oficina no se debe repetir afuera!». Rivera Schatz añadió: «Rechazo contundentemente la implicación de que la razón por la cual al PNP le agradaría que el actual gobernador fuera protegido por agentes de un Servicio Secreto plagado de acusaciones de ineptitud y de pasárselas con prostis cuando están de viaje en países hispanoparlantes es porque queremos poner en peligro su vida… ¡si queremos contratar agentes federales es porque los estadistas siempre creemos que lo que viene de los Estados Unidos es lo mejor, sin importar la evidencia en contra!».