«Después de ver el sal pa’fuera que se formó en Krispy Kreme el día que lo inauguraron, supimos que tendríamos que establecer un protocolo para algún evento comercial cataclísmico», explicó Pedro Toledo, exsuperintedente de la Policía. «Ustedes vieron el revolú que se formó en el Krispy Kreme de Dorado por comerse unas donas que fácilmente pudieron haberse comprado igual o mejor de buenas en cualquier panadería por ahí. El Protocolo Alfa fue diseñado para una apertura realmente cataclísmica, y IKEA… era uno de los peores escenarios. Que Dios nos coja confesa’os».
El peor escenario del Protocolo Alfa contempla la posibilidad de una apertura de un establecimiento cachendoso que ningún puertorriqueño hubiera tenido la posibilidad de ver en su vida, durante la madrugada de viernes negro en Plaza las Américas. El plan definido de acción es que todos los jefes de agencias de la ley y el orden correrán pa’rriba y pa’bajo como gallinas decapitadas mientras gritan histéricamente.