El vehículo en el cual se inspiró la General Motors es el medio de transporte oficial del Santo Padre, utilizado para que el Papa pueda saludar a sus feligreses sin temor a que alguno de ellos lo salude con un plomazo. Según Walter Gainsmith, director del departamento de diseño de GM, «nuestro modelo ‘Popesmobile’ se parecerá tanto al vehículo del Papa (coloquialmente conocido como ‘Popemobile‘, sin una ‘s’ en el medio) que nadie podrá notar la diferencia. Claro está, a cualquier abogado de El Vaticano que quiera demandarnos por violación a derechos de autor le podremos señalar suficientes diferencias como para que tenga que comerse esa demanda — ¡bobos no somos!».
La sección elevada del vehículo, protegida en todas las direcciones por cristal a prueba de balas, es la razón primordial por la cual la GM está mercadeando fuertemente el modelo en Puerto Rico. «Este es un país donde a la gente le gusta figurear: andar por ahí para ver y para ser visto», explicó Gainsmith con un sorpresivo dominio de la cultura boricua. «Con tanto tránsito que hay en la Isla, el puertorriqueño promedio pasa una cuarta parte de su día en un tapón, donde nadie puede verlo. ¿De qué sirve emperifollarte antes de salir pa’l trabajo si los únicos que te pueden ver de cerca son los cacos que se te pegan en las luces para pedirte chavos? El boricua que guíe nuestro Popesmobile será siempre el centro de atención, y podrá ser visto en todas las direcciones — ¡sin temor a que venga una bala perdida y lo encuentre, por lucí’o!».
«Yo estoy ahorrando mis chavitos ya para comprarme uno de esos Popesmobiles», confesó Lucía Ríos, quien ahora maneja «un KIA chipichape que lo que tiene de aire acondicionado es a condición de lo que entre por las ventanas». «Si voy a pasar media hora arreglándome por la mañana para verme regia, no es pa’ que no se lo pueda gozar nadie antes de que yo llegue al trabajo to’a sudá’ y esmoruzá'». Luis García, por su parte, añora un Popesmobile «no solo para que las chicas en el tapón puedan verme vestidito en mi camisita de hilo y skinny tie estiloso, sino también para estar lo suficientemente alto para poder ligarme a las muchachas en el camino. Win-win!«.
Sin embargo, hubo otros boricuas quienes expresaron interés en el nuevo vehículo por razones menos narcisistas. Doña Joaquina Martínez, madre de cuatro niños, explicó: «Ay, para mí esto no sería para que la gente pueda verme mientras guío: total, yo normalmente ando ajorá’ con los nenes y salgo de la casa en bata y en rolos. No: ¡yo lo que quiero es poder transitar las carreteras de este país con el mismo sentido de seguridad que tiene [el gobernador Luis] Fortuño en su limosina blindada!».