La demanda alude a un suceso que se dio cuando a la autoproclamada apóstol Wanda Rolón se le concedió el uso de un salón dentro del Capitolio para llevar a cabo una conferencia de prensa para despotricar en contra del cantante pop y embajador infernal Ricky Martin. Al joven Dwayne Arroyo, quien quiso entrar al Capitolio para presenciar la conferencia de prensa, no se le permitió la entrada porque su camisa rezaba «X mí, X ti, X Puerto Rico, no homofobia» y tenía un arcoiris. Según el guardia de seguridad, dicha camiseta identificaba al joven como miembro de «una unión, federación, asociación o partido político» (quizás el «Club de Leones Gays de Puerto Rico»), causando que se le pudiera prohibir la entrada al Capitolio según adiciones al reglamento aprobadas por Rivera Schatz. «¡Si simplemente ser gay me hace miembro de una unión o federación», se quejó Arroyo, «que venga Dios y lo vea, porque definitivamente como que no le veo muchos beneficios a esa membresía bajo la administración de Fortuño!».
Cuando esta semana Rivera Schatz usó la frase «maripositas inofensivas» con claro matiz homofóbico, un grupo de dichos insectos decidió unirse a la demanda del joven. «Ser homosexual no tiene nada de malo, y ser una mariposa tampoco», se quejó la portavoz del enjambre. «¿Por qué entonces tenemos que tolerar que personas odiosas como Rivera Schatz sigan invocando nuestro nombre con la clara intención de menospreciar e insultar? Preferimos mil veces figurar como calcomanías coloridas en libretas de nenitas de elemental en vez de estar en la boca de homófobos que mientras más hablan, más mezquinos revelan ser… ¡y en el caso del presidente senatorial, ya como que no le queda mucho más que revelar!».
Los asesores legales de los insectos sometieron un expediente amicus curiae apoyando la demanda contra Rivera Schatz, detallando cómo este ha demostrado un claro patrón de posturas homofóbicas. «Sé que muchos opinarán que estamos exagerando al hacerle tanto caso a estos últimos comentarios del bigotudo», explicó el portavoz lepidóptero. «Sin embargo, no repudiar estas expresiones en nuestra sociedad, y máxime viniendo de nuestros líderes electos, es lo mismo que darlas por buenas. Les aseguro que ningún hispano viviendo en Estados Unidos le reiría las gracias a un gringo que se refiriera a él como un ‘spic‘, ni tampoco se haría el loco pensando que ignorando este tipo de palabras cargadas de desprecio mágicamente estas dejarán de usarse. ¿Por qué sería diferente con epítetos homofóbicos y lepidopterofóbicos?», preguntó la mariposa mientras le huía diestramente a una gallina de palo que le tenía el ojo echa’o.
«Y quien crea que este tipo de expresiones no incita a la violencia sufre de miopía social», continuó el insecto una vez se puso a salvo del depredador reptil. «No hay que decir ‘¡Aplastemos a todos esos mariposones!’ para envalentonar a otras personas a hacerlo. Crear un ambiente permisivo donde ese sentimiento de odio se acepta como normal fomenta que algunas personas se sientan seguras a la hora de ofender e incluso atacar a personas gays — ¡como en efecto ha pasado ya decenas de veces en la Isla en los últimos años! Sé que nosotras las mariposas somos frágiles y tenemos un periodo de vida muy corto, pero el poco tiempo que me quede en esta tierra lo emplearé tratando que alguien finalmente le baje el moco al dichoso Thomas Rivera Schatz para que finalmente deje de creerse que puede decir cualquier barrabasada que se le ocurra sin tener que sufrir alguna consecuencia», sentenció la mariposa con más valía y determinación que la gran mayoría de los puertorriqueños.
En respuesta a la posición esbozada por los lepidópteros en cuestión, el presidente senatorial se encogió de hombros y aseguró estar tranquilo a pesar de la demanda. «Las cortes en Puerto Rico están politizadas y pican pa’l lado nuestro, así que esas maripositas pueden someter todos los ‘anitus culiae’ que les dé la gana y no hará diferencia alguna… ¡y que conste que esta vez cuando dije ‘maripositas’ me refería a los insectos como tal, no a los populares farifos como Bhatia!», explicó Rivera Schatz, demostrando que nunca aprenderá.