El sondeo evidenció cómo la mayoría de los hombres fueron incapaces de dar con un regalo que fuera del agrado de sus parejas, como si estas fueran extraños seres de otra galaxia con gustos inescrutables e imposibles de adivinar, y lo que terminaron obsequiándoles fue «desilusión en una caja envuelta con papel de regalo». Muchas de las entrevistadas reportaron que sus novios o esposos les habían traído un gran surtido de presentes espeluznantes, desde aspiradoras de mano («a ver si con esto alcanzas a limpiar mejor el polvero que hay en casa») hasta depiladores electrónicos («pa’ que te afeites el bigote, porque ese blanqueador que usas no engaña a nadie»).
El autor de la encuesta, el Dr. Ion Paulik del Instituto Checo de Investigaciones Baladís, se expresó «anonadado» de la cantidad de «hombres imbéciles» que existen en el mundo. «Nuestra investigación reveló que la mayoría de los hombres no solo no tienen la menor idea de qué regalarle a sus parejas», explicó Paulik, «sino que incluso luego que sus novias o esposas les dijeron explícitamente qué querían, ellos lograron arruinarlo de alguna manera. Por ejemplo, una encuestada nos intimó que le pidió a su esposo un lápiz labial rojo, y él lo que le regaló fue una Crayola colorá’ con una notita que decía: ‘¡Seguramente esto pinta labios también!’. Lo cierto es que nunca lo sabremos a ciencia cierta», se lamentó el investigador, «porque ella le atragantó el crayón al marido».
Otra de las participantes del sondeo relató cómo le había comentado a su novio que a ella le bastaba con que él le regalara chocolates, y este lo que le trajo fue la mitad de un Twix que estaba hasta medio viejo. Para colmo de males, la tarjeta adjunta rezaba: «Mamita, sé que me comí una de las barritas del Twix, pero eso es pa’ que no te me sigas poniendo gorda, ¿vite? Te ama por siempre, Pirulo». En noticias relacionadas, el sepelio de Pirulo se llevará a cabo mañana, y por las condiciones del difunto la familia adelantó que el velorio se celebrará con el ataúd cerrado.
Al preguntarles a las participantes qué tipo de regalo ellas hubieran preferido recibir, las respuestas más comunes fueron: «ropa», «flores», y «cualquier cosa que me hubiera hecho creer que él pensó en mí por más de un segundo». Por el contrario, los obsequios más populares fueron: «diminutos nighties de prosti que no me sirven ni en el dedo meñique», «rosas plásticas de esas que venden los cacos en las luces» y «la primera chipería que él se encontró en la farmacia antes de llegar a casa».
El Dr. Paulik ofreció un consejo a los hombres que tienen problemas buscando qué obsequiarle a sus parejas: «Mi gente, no es complicado: piensen en algo que le guste a su esposa o novia, y regálenle eso… y si no se les ocurre nada, ¡cómprenle la joyería más cara que puedan costear y esperen que le guste!».