Es harto sabido que el 2011, dado que batió récord del número de asesinatos en un año, ha sido un año desastroso para la Policía de Puerto Rico (aunque expertos arguyen que fue peor aún para las más de 1,101 víctimas). Es por esta razón que los dirigentes de la Uniformada quieren que llegue ya el 2012 para poder al fin decir: «apenas ha habido crímenes en lo que va del año».
«¡Si por mí fuera, yo despediría este maldito año ahora mismito!», exclamó el Superintendente mirando desesperadamente su reloj, añadiendo: «¿¡Por qué esta mierda no avanza ya de llegar a enero!?». Fuentes dentro de la Policía cuentan que el Superintendente incluso instaló en su oficina una pantalla con una cuenta regresiva de lo que queda de año y trancó la puerta. «¡Conmigo no cuenten para nada, que de aquí yo no salgo hasta que el 2011 se haya ido!», gritó a sus subalternos desde su encierro. «¡Y la madre de quien venga a molestarme con noticias de que han ocurrido más crímenes Tipo 1!».
La Policía le había insistido infructuosamente al gobernador Luis Fortuño que legislara para acabar el año antes de tiempo, arguyendo que «con lo malas que están las cosas, ¿quién no querría un poquito de ‘borrón y cuenta nueva’ en su vida lo más pronto posible?». Sin embargo, Fortuño rechazó el plan, explicando que «eso está demasiado cañonero, incluso para mí: tampoco es que yo sea un malo de película de James Bond para pretender traquetear con el calendario. Además, ¡todos saben que si quieres que alguien someta una legislación amiguista por ti, quien puede bregarte el caso es Thomas Rivera Schatz!».
Dado que a la Uniformada no le queda más remedio que esperar a que llegue el Año Nuevo la medianoche del 31 de diciembre como todo hijo de vecino, el Superintendente instó a «los cacos del país a que hagan lo que tengan que hacer y se lo saquen del sistema antes que llegue el 2012, que total, el 1° de enero aquí no ha pasado nada».