«¡Noooooo! ¡No te nos vayas, Chuchin!», exclamó Martín Almodóvar, periodista de Primera Hora. «Entre él y Maripily ya teníamos dos o tres páginas del periódico plancha’ítas sin tener que pasar trabajo. De hecho, yo era el responsable de todos los días llamar la oficina de El Chuchin para cucarlo, a ver si soltaba alguna gemita de esas suyas. Nunca olvidaré ese día que él admitió voluntariamente en un programa radial que alguien le había regalado un Bentley carísimo. ¡Ojalá y me hubiera mencionado eso a mí, que eso sí que hubiera sido un tremendo scoop! ¿Se supone que ahora yo pase trabajo buscando sobre qué escribir? ¡N’hombe, no!».
Los distintos rotativos de la Isla unieron esfuerzos para circular una petición rogándole a El Chuchin que se postule nuevamente a un puesto público. «No tiene ni que ser un escaño en la Legislatura», aclara el documento, que goza ya de miles de firmas no solo de reporteros, sino también de comediantes y charlatanes de toda estirpe. «Puede ser una alcaldía, un puesto de confianza, o aunque sea un trabajo de oficina en algún departamento gubernamental. ¡Lo importante es que sea un puesto público que le permita abrir la boca y meter la pata!». La petición será entregada próximamente al ahora ex senador Soto con la esperanza de que este recapacite al ver el número de personas que extrañará verlo en la prensa del país, y vendrá acompañada de «un relojito de oro de lo más chulin-snaquin, porque sabemos cuánto le gusta el blin-blín».
Los editores de los distintos periódicos de la Isla comunicaron que si su petición no rinde fruto y Soto simplemente se retira de la vida pública, tendrán que conformarse con informar al Pueblo sobre las barbaridades que suceden en Puerto Rico y hacer reportajes investigativos sobre los abusos del Gobierno… «¿y quién quiere que nosotros hagamos eso en vez de escribir tonterías sobre la última ridiculez de El Chuchin?».