San Juan, Puerto Rico – Luego de varios días de debate en el Senado sobre si ponerle el nombre del ex gobernador Pedro Rosselló al nuevo Centro de Convenciones, la minoría del Partido Popular finalmente accedió a la medida, con la condición de que dicho nombramiento «se dé póstumamente, y mientras más pronto mejor». Tomás Rivera Schatz, Presidente del Senado y autor intelectual de esta medida, aceptó dichos términos, evidentemente desconociendo el significado de la palabra «póstumamente» y no queriendo pasar el pachó de buscarla en el diccionario.

La controvertible medida, sometida por Rivera Schatz cuando se tomó un descanso de felar al Dr. Rosselló, tuvo el aval de casi todos los senadores penepés, y el oprobio unánime de la minoría popular. Al principio, sus detractores trataron de hallar nombres alternos que no evocaran imágenes de un Primer Mandatario sacándole la lengua a una contrincante en un debate político, o de un misterioso personaje vestido como Pedro Navaja. Surgieron por ejemplo nombres de artistas puertorriqueños recordados con afecto, como el de Raúl Juliá, aunque los populares declararon que «no tenemos que pichear tan alto: ¡nos conformaríamos con que le pusiesen Centro de Convenciones Alfonsina Molinari, o Centro de Convenciones Colibrí!», refiriéndose a esos dos ejemplares del talento histriónico puertorriqueño.


El Centro de Convenciones pudo haber honrado a Raúl Juliá, visto aquí haciendo lo posible por lograr que M. Bison se viera intimidante

Durante el acalorado debate, el senador popular Eduardo Bhatia rogó porque se hallara algún punto medio para solucionar el dilema: «Colegas estadistas, yo soy el primero en admitir que el Dr. Rosselló tiene un ‘yo no sé qué’ que logra un gran grado de fanatismo entre sus seguidores… ¡en serio, yo no sé qué carajo tiene! ¿Alguien me explica? ¿Será el mejunje que se unta en el pelo, el perfume que usa, o esos ojazos azules de ensueño que parecen reflejar, cual espejo límpido, un mar bravío de pasiones turbulentas que te hacen temblar en lo más profundo de tu al–? Ejem, disculpen, como que me eslembé: ¿qué iba diciendo?». Sin embargo, fue su correligionaria Sila Mari González quien halló la manera de reconciliar ambos partidos: «Propongo que nosotros, la minoría popular, accedamos sin ofrecer oposición alguna a esta medida, con la condición de que el nombramiento se haga póstumamente… ¡y a la mayor brevedad posible!», logrando suscitar vítores de todos los senadores en la sesión (aunque argüiblemente por razones sumamente diversas).


El senador Eduardo Bhatia, en pleno day-dream rossellístico

Tomás Rivera Schatz, llamando a orden la sesión, declaró que las estipulaciones de la senadora González eran aceptables para la mayoría, y que él sabía que los populares iban a capitular eventualmente: «Cuando tienen frente a ustedes una medida con tanto sentido como ponerle al Centro de Convenciones el nombre de un gobernador que hasta hace poco estaba por aquí dando de qué hablar, y que ha hecho tanto por elevar el nombre de Puerto Rico hasta las más altas esferas federales, no les podía quedar más remedio que aceptarla. El Dr. Rosselló cumplió su palabra: cuando el pueblo habló él obedeció, y hasta bailó la Macarena; curó los enfermos, desfizo entuertos, y restauró señoritas: ¿qué más se le puede pedir a un gobernador? Si [los populares] quieren que la nominación se haga póstumamente, pues bien, eso me parece tremendo, porque… bueno, ¡porque una palabra tan larga y tan sobre-esdrújula como ‘póstumamente’ debe querer decir algo fino que sólo enaltecerá el nombramiento!». La medida se aprobó unánimemente, y se acordó que la fecha del nombramiento sería a finales del mes entrante, «¡pero póstumamente, no se olviden!», recordó pícaramente Sila Mari.


El Centro de Convenciones que será nombrado en honor a Pedro Rosselló en cuanto éste estire la pata

La reacción del mismo ex gobernador Rosselló fue de gran beneplácito, incluso cuando se enteró que el nombramiento el mes que viene estaba condicionado a que fuera póstumo: «Bah, póstumo o préstumo, ¿qué importa? ¡Lo importante es que la mayoría penepé en el Senado habló, y yo obedezco!».


El Dr. Pedro Rosselló, con los días contados si es que quiere que ese centro de convenciones lleve su nombre

Por El Rata