Arecibo, Puerto Rico – En respuesta a la propuesta del Gobernador Aníbal Acevedo Vilá de construir decenas de molinos de viento en el sector Monte Grande del municipio de Arecibo, el grupo de ambientalistas «Arecibeños en Defensa del Ambiente» aseguró que esto afectaría el hábitat de varias aves endémicas del área, y contrapropuso que los molinos se construyeran «sobre la madre tuya».
En Arecibo no; sobre la madre tuya, sí
Así lo afirmó Calista Torres, la portavoz de los «Arecibeños en Defensa del Ambiente», agrupación que se formó cinco minutos antes de que éstos emitieran su comunicado de prensa. El grupo sostuvo que la construcción y operación de dichos molinos de viento, concebidos con el propósito de generar energía eólica, molestaría a más de una docena de aves en peligro de extinción que viven en esa región. «Toíto te lo consiento menos que me molestes a esos pájaros», sentenció Torres. «Esos molinos lo que harían sería hacer un alboroto día y noche con su incesante producción energética, y por ende podrían incomodar a esas aves, que no tienen la culpa que los humanos necesitamos fuentes de energía limpias y renovables». La portavoz añadió que es de suma importancia mantener contentos a esos pájaros de cuya existencia nadie sabía antes de esta polémica, «porque si crees que te cagan el carro mucho ahora, no quieres verlos endiabla’os porque no los dejas dormir tranquilos».
Hum… es mejor dejar que estas aves duerman tranquilas…
A cada contrapropuesta del Gobierno de localizar los molinos de viento en otro lugar, sin embargo, la agrupación encontró nuevas objeciones de corte ambientalista. Por ejemplo, molinos en cualquier playa de la Isla «estorbarían el proceso de apareamiento de la cocolía parda»; localizarlos en ultramar «dificultarían el camino migratorio del carey conchudo»; y construirlos en las afueras de la Urbanización Los Palmares en Arecibo, lejos del sector Monte Grande, también sería perjudicial por razones algo misteriosas. «La evidencia científica de por qué estaría contraindicado ubicarlos cerca de esa urbanización es contundente», aseguró Torres. «Sucede que muchos de nosotros vivimos ahí, y no queremos que nos afee la vista, tú sa’e». Por ende, la conclusión a la que llegó el grupo ambientalista fue que el único lugar donde podrían construirse estos molinos sería, en sus propias palabras, «sobre la madre tuya».
Muchos de los ingenieros de la compañía Vientos de Puerto Rico, la encargada de la construcción de los molinos de energía eólica, se mostraron anonadados de la reacción ambientalista en la Isla. «Pero ven acá», preguntó el Ingeniero César Nevárez, «¿no se supone que los ambientalistas estén brincoteando de la alegría de que al fin el Gobierno esté tratando de generar electricidad de una manera que no contamine el medio ambiente?». Torres, sin embargo, no tardó en responder: «Ay, mi amol, estás meando fuera del balde: tú estás hablando del grupo de los Ambientalistas Que Joden Con Que Se Genere Energía Limpia. Nosotros somos el grupo de Ambientalistas Que Joden Con Que Toda Construcción Afecta Los Recursos Naturales, que no es lo mismo ni se escribe igual». Yendo más allá sobre estos diversos y encontrados grupos pro-ambiente, Torres intimó que hay otro más, el de los Ambientalistas Que No Son Ambientalistas Na’, Pero Que Joden De Todos Modos, cuyo presidente y único miembro es nada más y nada menos que Tito Kayak.
Tito Kayak, jodiendo sobre alguna cosa u otra
Por supuesto, varios abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica, quienes están siendo pasados por la piedra por el alto costo de la electricidad a raíz del alto precio del petróleo, esperaban con ansias que se inviertiera en otras formas de generar energía. «¿Qué carajo me importa a mí que a dos o tres trapos de pichones les agrie la vida tener unos molinos de viento al lado?», preguntó molesto un residente del área metropolitana. «¡Más ruido hace todo el día y toda la noche en Bayamón y Carolina y nadie protesta en favor de nosotros!».