San Juan, Puerto Rico – Luego de que el juez superior de San Juan, Oscar Dávila Suliveres, fallara en contra de la petición del Partido Nuevo Progresista (PNP) de remover al Senador Jorge De Castro Font de la papeleta, dicha colectividad tuvo que modificar su estrategia legal para lograr su propósito. Tras estudiar las leyes electorales, la solución de los penepés será «no de quitar al Senador De Castro Font de la papeleta, sino simplemente de moverlo de partido para que aparezca debajo del PPR y no del PNP».
Desde que el Senador estadista Jorge De Castro Font se refirió a Luis Fortuño, el Presidente del PNP, como un «bambalán», añadiendo además que éste «no tiene madre», la Directiva del partido ha estado buscando recursos legales para sacar a De Castro Font de la papeleta para las elecciones del próximo noviembre. Argumentando que los reglamentos del PNP prohíben que cualquier miembro de la colectividad «desacredite la imagen del Partido o su Presidente Estatal, o de su madre», la Directiva llevó un caso a la corte para poder remover al Senador de su papeleta, pero el Juez Dávila Suliveres le dio lo que se ha considerado «un foquetazo legal» a la petición, argumentando que el hecho de que un candidato haya violado las leyes de su partido no quiere decir que se invaliden los resultados de su primaria. Sin embargo, la nueva estrategia legal del PNP sí ha logrado tracción legal, y se trata de poner a De Castro Font bajo la insignia del Partido Puertorriqueños Por Puerto Rico (PPR, por sus siglas en español redundante) en vez de bajo la Palma.
«Si nos van a venir con tecnicismos legales pendejos», aseguró Luis Fortuño, «pues se jodieron, porque abogados listos tenemos que ni botándolos se acaban. Gracias a nuestro minucioso equipo legal hemos podido encontrar el loophole dentro del cual pudimos finalmente encontrar cómo sacarnos a Ñañito de encima», dijo Fortuño refiriéndose a De Castro Font. «Nuestros abogados descubrieron que la Ley 98, Sección IV, Artículo a, Cántico Épsilon y Versículo Aleph, reza como sigue: ‘una vez hubiérsele conferido a un candidato bona fide un escaño en la papeleta y fuéresele confirmado dicho escaño bajo la reglamentación de juris de su colectividad, serale imposible a la colectividad antes mencionada extraer o suprimir ipso facto a dicho candidato de su candidatura sin traer argumentos de fuerza non plus ultra‘. Para los que no hablen abogado, el punto es simple: lo que estamos haciendo no es sacar a De Castro Font de la papeleta: él sigue en la misma papeleta, ¡sólo que no bajo la Palma, sino bajo el coquí chinita de los PPR!». En efecto, aunque suene pendejo, este intento de los penepés sí tuvo éxito en las cortes dado que la ley no parece prohibir esa acción: el Juez Dávila Suliveres admitió haber releído ese versículo «güelemil veces», y haberlo puesto incluso en Google Translator a ver si lo podía entender mejor en español, pero que al final de cuentas tuvo que dar a lugar al argumento porque no entendía la ley lo suficiente como para poder negar la petición.
Luis Fortuño, sonriendo pícaramente como nene que se salió con la suya
Esta movida draconiana y maquiavélica de atosigarle a De Castro Font a los incautos correligionarios del PPR fue sorpresivamente recibida con beneplácito por éstos, y por «éstos» nos referimos al ventiúnico miembro y Presidente del PPR, el Ingeniero Rogelio Figueroa. «¡Otro candidato más para el PPR! ¡Ahora sí que estamos cobrando fuerza, mi gente!», exclamó jubiloso Figueroa, hasta la fecha el candidato para Gobernador, Comisionado Residente, Senador, y un sinnúmero de otros puestos para los cuales no ha podido encontrar candidatos. Al preguntarle si no le molestaba que usando un tecnicismo legal le hayan impuesto a un candidato que no fue aprobado por su partido, y que por demás parece ser un indeseable huelestacas de siete suelas, Figueroa respondió usando solamente frases coloquiales: «chacho, a falta de pan, galletas; a caballo regalado no se le mira el colmillo; mejor es malo por conocido que bueno por conocer; ¡peor es na’!». El Presidente del PPR explicó que estaba contento de que al fin habría otro miembro en su colectividad que lo ayudara a «contestar el teléfono, organizar actividades de recaudación de fondos, y a manejar las cosas en el Cuartel General del partido», que resultó ser simplemente una mesa de esquina en el Denny’s de la Muñoz Rivera.
El Ingeniero Figueroa feliz como una lombriz de tener alguien quien le haga compañía en sus mítines políticos, y que le sirva a su vez de único espectador
Al enterarse de la nueva movida exitosa por parte del PNP de desaforarlo, el Senador De Castro Font replicó malhumorado: «¿¡Cómo se atreve este nene de teta malagradecido de Fortuño hacerme esto a mí, quien fui el que lo trepó allá arriba!? A mí que no me hale la lengua, que yo sé los trapos sucios de medio mundo en el Partido: por ejemplo, les puedo adelantar que Fortuño se orinaba en la cama hasta los quince años; que vio la película ‘Steel Magnolias’ como diez veces y que lloró como una nena cada vez; y que cuando cree que nadie lo está viendo, escucha canciones de RBD». Ante la deshonra de encontrarse ahora como candidato del PPR, De Castro Font admitió estar considerando retirarse de la contienda electoral, y posiblemente de la vida política completamente: «¿¡Cómo voy a estar yo corriendo bajo un partido liderado por un muerto!? ¡Si alguien más vivo que yo hay que mandarlo a hacer!».
El Senador Jorge De Castro Font, con cara de «¡Estás soñando si crees que voy a correr bajo el PPR!»