Praga, República Checa – Tratando de comprobar o desmentir el teorema que reza que un millón de monos provistos con un millón de maquinillas podrían escribir las obras enteras de Shakespeare, un científico checo, el Dr. Ion Paulik, hizo un experimento que demostró, sorprendentemente, que dos monos con cuatro crayolas pueden escribir una edición entera del periódico “El Nuevo Día”.

“Nadie está más sorprendido que nosotros”, explica el Dr. Paulik, “especialmente porque nuestros monos son checos y estamos seguros que no están subscritos a ese rotativo, y que no hablan español”. El asistente del Dr. Paulik, Johan Davidov, confiesa que el experimento originalmente iba a ser más abarcador, pero dado a las condiciones penuriosas del Instituto Checo de Investigaciones Baladís donde ambos trabajan, tuvieron que contentarse con utilizar dos monos que un zoológico en Praga les donó, por tener, en sus propias palabras, “un leve retardo mental y una molestosa propensidad por lanzar mierda: ya estamos jartos de jugar tiri-tápate con mojones de mono”.


El Dr. Paulik con uno de los simios del experimento, aparentando estar diciendo: “Mi mono puede ser un periodista en el ‘El Nuevo Día’: ¿y el tuyo?”

El retraso mental de los animales, sin embargo, no les impidió usar sus cuatro crayolas para poder, en un periodo de menos de tres horas, redactar casi palabra por palabra una edición de “El Nuevo Día” a lo largo de las paredes de su jaula. “Es algo verdaderamente maravilloso lo que han escrito estos animales”, dice con admiración el Dr. Paulik. “¡Y lo que hicieron nuestros monos no está nada mal tampoco!”

Los doctores, que no hablan castellano, se percataron de la similitud de lo que habían escrito los simios con una edición de “El Nuevo Día” al hacer una búsqueda internáutica por términos que aparecían a menudo entre los escritos de los monos, tales como “Pedro”, “Rosselló” y “Corrupto”, que son palabras de baja ocurrencia en el idioma checo. “Lo más curioso de todo”, revela el Dr. Davidov, “es que la parte del editorial de Luis Ferré Rangel que aparece en ‘El Nuevo Día’ es verbatim lo que escribieron estos simios, que no saben nada de ser un nene de Papi con ínfulas de escritor. A la verdad que estos monos son la changa… ¡Y de aquí, pa’ Hollywood!”


Uno de los monos escritores, ponderando si “corrupción” lleva acento o no

Tras ser informados de los resultados de este experimento, representantes de “El Nuevo Día” se apresuraron a negar (quizás demasiado enfáticamente) que empleen monos checos para escribir su periódico, y muchos menos que el editorial de dicho rotativo sea el producto del afamado chimpancé Yuyo, que hace años se escapase del zoológico MonoLoro con un supuesto trágico fin.

Por El Rata