Tel-Aviv, Israel – Carlitos Arroyo, otrora estelar armador del equipo nacional de baloncesto de Puerto Rico, sufrió un ataque de cuernos masivo este fin de semana de San Valentín al darse cuenta que la prensa puertorriqueña ha iniciado un tórrido romance con el armador de los Mavericks de Dallas, José Juan Barea. Aparentemente el amor entre la prensa y Carlitos ha menguado desde que éste dejó la NBA y firmó con el club Macabbi Tel-Aviv en Israel.
Carlitos who? Señoras y señores, el nuevo nene lindo de la prensa deportiva puertorriqueña: José Juan Barea (Imagen de Wikipedia Commons)
«Imaginen mi sorpresa cuando me conecté a la página de El Nuevo Día este fin de semana, esperando a ver algún artículo sobre los ocho puntitos que metí antier, y mi encuentro con esta… esta… ¡mamaera!», exclamó un furioso Carlos Arroyo a El Ñame. «No hace uno más que irse un par de meses, y ya, se buscan a un nenito de 24 años… a un chamaquito. ¿Qué? ¿Estoy picando ya pa’ los 30s, eso es?», preguntó con lágrimas de despecho en sus ojos.
La prensa puertorriqueña trató de explicar patéticamente su nueva relación con José Juan Barea. «No es que no querramos a Carlitos… pero… ¿qué es lo que dicen sobre el amor de lejos? ¡Mano, es que Israel está en el carajo viejo!», exclamó Lester Jiménez, uno de los periodistas que en el pasado ha escrito artículos mamadores sobre Carlos Arroyo. «Ok, sé que escribimos varios artículos celebrando cómo Carlitos iba a poder lucir sus habilidades mucho mejor en Macabbi Tel-Aviv… Pero vamos: ¿quién carajo sigue aquí el baloncesto europeo?», añadió. Por otro lado, Roberto Colón Segarra, periodista deportivo de Primera Hora quien también tenía un man-crush con Carlitos cuando éste jugaba en Orlando, dio una excusa aún más descarada: «Cuando dijimos que nos alegrábamos porque se mudaba a Europa estábamos siendo amables, y probablemente por eso le dimos esperanza de que nuestra relación de amor iba a continuar… ¡Pero vamos! ¡Él tenía que saber que en la NBA es que está el caché!»
Perdón Carlitos, no eres tú… somos nosotros… que nos dimos cuenta por fin que eres un mojón
Sin embargo, ninguna de estas excusas baratas aplacó la rabia de Carlos Arroyo. «Malagradecidos: ¡les di todo y me dejan por el nenito ese! ¿Por qué me hacen esto? ¿Porque el club Maccabi está a punto de eliminarse? Lo más seguro van a empezar a escribir artículos ya mismito sobre cómo el titular en el equipo nacional debe ser él y no yo, solamente porque juega en la maldita NBA», se lamentó un despechado Arroyo con una mirada que hubiera espantado a la misma Lorena Bobbitt. «Y me entero nada más y nada menos que el Día de San Valentín. ¡Malditos ingratos!», concluyó Carlos Arroyo sollozando.