«Necesitamos sociópatas, y los necesitamos ya», sentenció Maribel Zebub, subdirectora del departamento de Separación de Familias del Servicio De Control De Inmigración y Aduanas. «Esto de literalmente separar a la fuerza a niños asustados y que no entienden qué está sucediendo de los brazos de sus padres y meterlos en un campo de concentración light requiere o carecer completamente de empatía humana, o tener una fortísima vocación a ‘simplemente seguir órdenes’, de esas que no se ven desde la época de la Gestapo. Así que ya saben: si encuentran imposible sentir aunque sea un ápice de remordimiento al romper familias y traumatizar psicológicamente a niños que seguramente ya han pasado las de Caín en sus países natales a través de sus cortas vidas, ¡quizás tenemos un puesto para ustedes!».
Al preguntarle a Zebub si ella misma no siente cargo de conciencia al enforzar este mandato de «zero tolerancia», esta lo negó rotundamente: «¡Para nada! ¿Quién manda a estos inmigrantes a ser pobres, o a haber nacido en una región donde sus hijos son o asesinados o reclutados por gangas? ¿Es culpa mía si la vida en el lugar donde nacieron es tan miserable que la mejor opción para ellos y su familia es pagar lo poco que tienen por la posibilidad de entrar a los Estados Unidos, donde vivirán siempre con el temor de ser descubiertos, haciendo trabajos arduos por paga mísera, y rodeados de gente que los hace sentir como escoria humana? ¿Y qué culpa tienen los Estados Unidos de ser el vecino opulento cuyos consumidores de drogas alimentan los carteles criminales que han transformado a sus países en una pesadilla viviente? Así que en lo que a mí concierne, que se dejen de ñeñeñés, y a llorar pa’ maternidad… ¡digo, los niños se van a llorar a maternidad, mientras a sus padres los tiramos en algún oscuro calabozo en quién sabe dónde!».
Aunque Donald Trump firmó una orden ejecutiva que supuestamente pondría fin a la política de separar niños de sus padres, este aseguró que el Departamento de Inmigración seguirá haciendo cumplir su política de «zero tolerancia», o sea que no queda claro qué exactamente compone esa orden ejecutiva si seguirán arrestando a padres de menores. «Así que no se preocupen, sociópatas desempleados», aclaró Zebub, «¡seguimos necesitándolos como nunca antes!».