Muchos temen que la pregunta sobre la ciudadanía, aunque parezca sencilla e inocua, servirá para intimidar a residentes indocumentados a no responder el censo, lo cual afectará negativamente los resultados obtenidos. «¿Cuál es el punto de incluir eso en el censo?», increpó Emmanuel Tombs, uno de los abogados demandando a la actual administración por la inclusión de esta pregunta. «Ningún residente ilegal la contestará en la negativa, y cualquier residente legal pero no ciudadano ya debe estar en algún banco de datos del gobierno federal, así que a esos no hay que contarlos. No se me ocurre una mejor manera para ahuyentar a estas familias de contestar el censo –y que por ende sus estados de residencia no reciban ni la representación gubernamental ni los fondos que necesitan– que hacer esta pregunta. ¡Si no fuera por lo incompetente que ha sido esta administración en cada momento, hasta pensaría que lo están haciendo adrede!».
Sin embargo, el censo no pretende solo «coger de mangó bajito» a cualquier residente indocumentado que sea tan incauto como para admitir que lo es en un cuestionario oficial emitido por la administración federal más antiinmigrante en las últimas décadas; se ha sabido que las preguntas de seguimiento intentan «saber más sobre este reguero de ilegales que vienen aquí a violar a nuestras mujeres, hispanizar nuestras series de televisión, y popularizar afrentas a la humanidad tales como Cinco de Mayo, ‘Taco Tuesday‘ y Chipotle». Bartholomew Gallows, portavoz de la Oficina del Censo, explicó que «cualquier mexicanito cola’o que caiga en la trampa de responder que no es un ciudadano, seguramente será igual de bruto a la hora de revelar quién fue su coyote, cómo lo contrató, y dónde lo podemos contactar para arrestarlo a él también. Igualmente queremos que nos diga qué tan eficaz sería, a su parecer, construir una muralla entre la frontera de EEUU y México: a) súper eficaz; b) súper dúper eficaz; o c) tan eficaz que la neta es que me regresaría a México ahorititita mismo».
Al preguntarle a Gallows por qué presume que cualquier residente ilegal sería de México y habría ingresado a los Estados Unidos usando un coyote, este respondió: «No es que presumamos que los únicos ilegales en el país son mexicanos: ¡es que esos son los únicos que le hierven la sangre al reguero de republicanos racistas que votaron por nosotros! Los que se llaman ‘Greta Schweiß’, ‘Björn Larsson’ o ‘Giuseppe Uccelli’ que no están cuidando nenes, recogiendo frutas o haciendo patios, no parecen molestarle a nuestros constituyentes: ¿por qué habríamos de preocuparnos por esos?».