Kamprad, de 91 años, falleció en su propio hogar en Småland, Suecia, rodeado de sus familiares, amigos, y muebles de pino y brushed steel. «Estamos muy tristes por la muerte de nuestro fundador», declaró Håkad Käljerkäpping, gerente general de la compañía, «aunque a su edad claramente no nos tomó por sorpresa. Es por eso que ya habíamos separado un ejemplar de nuestro más reciente producto, el Döderbåxar, el más lujoso féretro de pino que existe en el mercado de funerales do-it-yourself. En la mañana de ayer domingo nos dimos a la tarea de cotejar que tuviéramos todas las piezas que se supone que vinieran en la caja, y cuando nos dimos cuenta de que faltaban una arandela número 119030, un tornillo número 100413 y una tabla 10’x 4′ x 1″, tuvimos que correr a nuestra sucursal local para pedir repuestos. ¿Esto es lo que le sucede a nuestros clientes cuando compran nuestros productos? ¡Alguien explíqueme por qué la gente se desvive tanto por que haya un IKEA cerca de su casa!».
Al fundador de IKEA lo sobreviven sus hijos Annika, Lars-Åke y Björn, sus nietas Ĝłën̂þå y Væŕøńìkå, su hermanos Ŕøn̂ðå-Ŝæłmā y Ðœß%¥Ø̄Œ̇́€, y su perro Spot.