«Ha llegado el momento de bajar de ahí ese símbolo tan divisivo en nuestro estado y nuestra nación», elaboró la gobernadora de Carolina del Sur, rodeada del mayor número de personas de raza negra posible que no la pusieran nerviosa. «Es cierto que tuvimos que llegar a una tragedia como esta para hacer lo correcto, pero los números no mienten. Ya mismo hay más gente de otras razas que blancos en este país y si no bajamos esa bandera: ¡la pela que vamos a coger de Hillary en las próximas elecciones no va a tener nombre!», explicó mientras las personas de raza negra la miraron desconcertadas.
«Eso es así», explicó el senador estatal Lindsey Graham, «fue una gran carrera juntos, pero si nos tiramos a tratar de ganar elecciones con solamente los estados sureños y sin los centros urbanos, nos van a masacr… *ehem*… nos van a linch… *ehem* … nos van a guin… *EHEM*… ¡Nos van a dar una pela! ¡Eleccionaria! ¡Sí! ¡Eso!», continuó el también aspirante a la presidencia, que de momento ha encontrado inexplicablemente la fortaleza testicular de pedir que la bandera confederada sea bajada.
Se reporta que el candidato presidencial republicano, Ted Cruz, se guardará sus expresiones hasta que quede meridianamente claro qué posición puede adoptar que encabrone a todo el mundo.