Aunque los portavoces del diminuto cantante rápidamente intentaron aclarar que los comentarios de este se trataban solo de una broma, peritos en el campo de contratos los exhortaron a «no vestirse, que no van». Estos expertos legales sentenciaron que «un contrato oral tiene el mismo vigor que uno escrito, y por ende si Justin Bieber vuelve a cantar luego de finalizar su actual gira, aunque sea en la ducha, lo encausaremos por incumplimiento — ¡y si se pone jaquetón, también someteremos una demanda de clase por daños y perjuicios por haberle infligido al mundo la trapo de canción esa de ‘Baby’!».
En otros temas, millones de personas alrededor del mundo han declarado que ya no necesitan que Santa Claus les traiga nada para Navidad, porque con que Justin Bieber se retire del mundo del entretenimiento les da y sobra.