La información de este proyecto secreto de la NSA (llamado «Prism», seguramente porque «Big Brother Is Watching You» hubiera sido demasiado obvio) se divulgó gracias a una filtración desde adentro de la agencia, sin la cual probablemente los ciudadanos seguirían tontamente teniendo conversaciones telefónicas privadas como si el gobierno no estuviera escuchándolos extrajudicialmente. El presidente Obama no negó las imputaciones, pero sí aclaró que solo se está recopilando información de individuos que no son ciudadanos estadounidenses; de individuos que no se sabe a ciencia cierta si son ciudadanos o no; y de ciudadanos marroncitos, con pinta sospechosa o con demasiadas aes en su apellido.
Obama también negó que el gobierno estuviera escuchando subrepticiamente las conversaciones telefónicas obtenidas, explicando para empezar que eso tomaría demasiado esfuerzo y en las agencias gubernamentales nadie pasa tanto trabajo; que muchas de esas conversaciones son «súper aburridas» y por ende no valdría la pena escucharlas; y que no sabe exactamente qué quiere decir «subrepticiamente». Sin embargo, admitió que es posible que el sistema detecte y resalte conversaciones en las cuales se escuchen las frases «Obama Bin Lyin’«, «negrito igualado» u «¡Obámanos!» (principalmente porque nadie está seguro qué rayos quiere decir esta última).
«El punto que quiero que entiendan es que nadie tiene nada que temer de mi gobierno», prometió Obama con un tono reconfortante. «Sí, he avalado que la NSA los espíe a escondidas sin pedirle permiso a nadie; sí, bajo mi administración el IRS se ha enfocado indebidamente en grupos políticos del partido opuesto; sí, he autorizado que mortíferos avioncitos a control remoto asesinen a ciudadanos americanos en el exterior… ¡Pérate, ahora que lo pienso mejor, sí, témanme, cabrones, y fíjense de lo que dicen de mí por teléfono o por correo electrónico!», concluyó espeluznantemente, insinuando que lo último que escucharán los comentaristas de Fox News antes de morir será el zumbido de un drone.