La decisión de Wikipedia de apagar sus servidores el miércoles pasado respondió a su protesta en contra de SOPA, la ley que obligaría a proveedores de información a bloquear el acceso a cualquier página que esté siendo investigada por violación de derechos de autor. Aunque la enciclopedia en línea no fue la única página en cerrar durante un día para alzar su voz de protesta, ciertamente fue la que más afectó a los chamaquitos que estaban acostumbrados a hacer sus monografías a última hora simplemente dándole copy/paste a artículos de Wikipedia.
«¿¡Qué pasó con Wikipedia!?», exclamó atribulado Jaimito Contreras, un estudiante de séptimo grado, al darse cuenta que su página facilitadora de copiete favorita estaba cerrada. «¿Y ahora dónde podré encontrar información probablemente cierta para este informe que tengo que entregar mañana para la clase de historia? ¿Qué se supone que haga? ¿Leer un libro, como en los tiempos prehistóricos?«, increpó estremeciéndose del horror. Jaimito cuenta que sus papás tenían almacenada una Enciclopedia Barsa «del año de las guácaras» y que él tuvo que «empolvarse las manos leyendo ese vejestorio», concluyendo: «¡Más vale que lo que escribí sobre Berlín Oriental y Berlín Occidental todavía siga siendo vigente hoy día, porque si no, me voy a colgar bien duro!».
Miles de estudiantes alrededor de todos los Estados Unidos se vieron en la inaudita situación de tener que físicamente desplazarse de sus casas, entrar a una biblioteca y buscar información en libros impresos. «Yo no puedo creer este lugar», aseguró Marissa Castromán, de noveno grado, refiriéndose a la biblioteca de su escuela. «Le pregunté a la doña detrás del counter que dónde estaba su Google y no me entendió al principio, pero eventualmente me llevó a unos ficheros con tarjetas amarillentas organizadas en orden alfabético y con un chorro de números y letras para poder encontrar los libros: ¡qué pejiguera! ¡No sé quién rayos es el maldito Dugüi Décimal Sístem ese que se inventó esa vaina, pero si algún día me lo encuentro, le voy a llenar la cara ‘e de’os!», amenzó la joven callejeramente.
A fin de cuentas parece que la maroma de Wikipedia y de sitios similares surtió efecto dado que varios congresistas estadounidenses de repente retiraron su apoyo por la legislación. Marco Rubio, senador republicano por el estado de Florida, explicó su decisión: «No es solo que me cayeran chinches encima de tanta gente que me contactó con quejas… sino que yo también extrañé a Wikipedia el día que estuvo apagado. ¡Es difícil fingir que sé de qué se está hablando en el hemicilo del Senado cuando no tengo dónde sigilosamente buscar información sobre el tema que se está discutiendo!».