Ciudad Vaticano, Roma– Abandonando cualquier pretensión de ecumenidad, la Iglesia Católica culminó su crackdown en otras religiones que ha estado llevando a cabo estas dos semanas, con la autoproclamación del Papa Benedicto como Emperador Del Primer Gran Imperio Católico. La cadena de eventos comenzó la semana pasada con un decreto del Papa autorizando la reinstitución de la misa celebrada en Latín. El decreto también reinstituye un rito de Viernes Santo que pide «la conversión de los Judíos» y los llama «ciegos a la verdad». La Iglesia desestimó la condena de la comunidad judía a la reinstitución de este rito como «miedos infundados». El siguiente evento se dio el día de ayer cuando otro documento fue dado a conocer por el Papa, donde reafirma que la única Iglesia es la Católica, y donde declaró entre otras cosas, que a las otras denominaciones les faltaba algo: reconocer la autoridad del Papa. Estos eventos llevaron al dramático anuncio de hoy declarándose el Papa como Emperador de todos los cristianos.


A la izquierda, El Papa Benedicto durante sus días de Cardenal; la foto a la derecha fue tomada hoy durante su anuncio de su ascenso a Emperador del Gran Imperio Católico

«Para qué pretender que tenemos que convivir con estas otras dizque ‘religiones'», comenzó el Papa de antaño. «Ya dijimos que somos la única Iglesia, no hay nada más que buscar. Yo soy el Emperador de todos los cristianos, y sepan que se acabó, como dicen en el Centro del Universo, ‘el pan de piquito’. O reconocen la autoridad y la bondad absoluta de la Iglesia Católica o morirán en las hogueras que nosotros mismos patentizamos en la Edad Media con la ayuda de nuestro señor Jesucristo. Cojan oreja de eso, particularmente las mujeres que quieren ser curas. Ustedes saben que ‘cura’ y ‘bruja’ riman, ¿verdad? Pues ya saben. No me va a temblar la mano, en verdad os digo».


«Hoy comienza una era de paz y homogenidad. El Gran Imperio Católico ha nacido. ¿Dónde están mis jóvenes monaguillos? Tráiganlos ante mí ahora«, dijo el Papa

Ante preguntas de la prensa de cómo la Iglesia Católica impondría su voluntad, el nuevo Emperador anunció la institución del Gran Ejército Imperial Católico, compuesto de clones de la famosa guardia suiza que ha sido responsable de la seguridad del Papa desde los años 1500. «Normalmente condenaríamos el uso de clones, pero queremos enviar un mensaje claro de que la Iglesia Imperial no escatimará en los esfuerzos de proteger al emisario de Dios en la Tierra», declaró Benedicto. Hordas de soldados suizos están siendo destacados ya en diversas partes del mundo para imponer la sabiduría absoluta de la Iglesia Católica.


Uno de los clones presta guardia en una de las entradas del Palacio Imperial en El Vaticano: si no te matan sus letales manos, la risa lo hará… el mundo no tiene ninguna oportunidad

El Emperador Benedicto no detalló mucho sobre qué depara el futuro con el establecimiento de su Imperio, pero sí adelantó el regreso de otras iniciativas de la Santa Iglesia Católica de antaño. «Encuentro la falta de fe de los musulmanes… preocupante, tanto como la invasión de los palestinos y judíos de las Tierras Santas. Nuestro Gran Ejército se presta para reclamarlas en nombre de nuestro Señor Jesucristo en La Gran Cruzada. Yes, they’re back, baby! También ordeno inmediatamente la reinstitución de la excomulgación de Galileo Galilei, porque el Sol le da la vuelta a la Tierra, coño. Y por supuesto, la Santa Inquisición ha sido reestablecida y su autoridad es efectiva inmediatamente. No teman, mis hijos: la única Iglesia verdadera está aquí, y como en el pasado, somos infalibles. Que la paz del Señor sea entre ustedes», finalizó mientras se ponía su capa negra y daba la bendición a la multitud.

«Bendecidos sean, mis hijos; ahora si me disculpan hay un tal ‘Jesucristo Hombre’ con el cual tengo que… dialogar»