Guaynabo, Puerto Rico – Se ha reportado que en la exclusiva y opulenta urbanización Colinas del Sol en Guaynabo se han convertido en realidad una espeluzante cantidad de clichés de telenovelas mexicanas, incluso hasta el punto de atraer el interés de un empresario de la cadena de televisión Televisa.

Todo comenzó cuando María Yaritza, una pobre y virginal muchacha de La Perla criada por su anciano y adorable abuelo paralítico, Don César, se enamoró perdidamente del apuesto y orgulloso Marcos Armando Amenábar Arizmendi, hijo de una adinerada familia. Cuando a Marcos Armando se le averió su Porsche en las cercanías de La Perla y María Yaritza lo ayudó y lo llevó a su humilde casucha para llamar a una grúa, ambos entendieron con una mirada que el amor trasciende clases sociales si ambas personas están bien buenas.


María Yaritza guarda una sospechosa semejanza con la actriz azteca Thalía, pero con menos pecas y más costillas

Mientras el amor florecía entre ellos, Doña Maruja Arizmendi de Amenábar, la madre de Marcos Armando, trataba de que éste se fijara en Leticia Castillos, una muchacha de familia adinerada, que, aunque es una mujer fría y desalmada, no está tan fea que digamos cuando se viste bien putonga al tratar de seducir a Marcos Armando. De más está decir que Doña Maruja no ve con buenos ojos el amor entre su hijo y María Yaritza, a la que considera una «naca igualada» y una «muerta de hambre» que no está a la altura de los Amenábar Arizmendi.


Leticia Castillos es la riquitilla bicha de rigueur quien obviamente no se queda con el protagonista al fin y al cabo a pesar de sus artimañas y de ser una cuera de siete suelas

Ciertamente no todo es color de rosa: el amor entre María Yaritza y Marcos Armando se vio en peligro cuando ambos pensaron que podían ser hermanos, al descubrir que Don Manuel Amenábar Cáceres, el padre de Marcos Armando, tuvo un amorío con la madre de María Yaritza, quien por ser un personaje secundario ni siquiera amerita un nombre. Al fin y al cabo, ambos descubrieron que no podían ser hermanos porque Doña Maruja le había sido infiel a su marido con Don Rafael Castañeda, un rico empresario de la capital, y el fruto de su pasión ilícita fue nada más y nada menos que Marcos Armando.


Doña Maruja Arizmendi de Amenábar, como toda buena mala de telenovela, es una vieja clasista y comemierda a quien sólo le interesan las apariencias sin importarle los sentimientos de su hijo

Por eso de atar todos los cabos, resulta que Leticia Castillos, luego de estar a punto de casarse con Marcos Armando tras su treta de hacerle creer que estaba embarazada con el bebé de él, murió en un accidente automobilístico cuando, despechada y enfurecida por haber perdido a Marcos Armando, se dirigía a asesinar a la inocente María Yaritza, quien, en las palabras de Leticia, iba a «pagar muy caro su osadía». Finalmente, Doña Maruja, incapaz de comprender cómo su hijo podía estar presto a casarse con una «pueblerina de mala calaña», enloqueció y tuvo que ser internada en un manicomio.


La feliz pareja, Marcos Armando y María Yaritza, quienes lucharon contra las adversidades y una inusitada cantidad de sucesos inauditos para lograr la felicidad

El inevitable matrimonio entre los protagonistas con el que culminó esta trillada secuencia de eventos atrajo a Pancho Salazar, presidente de Televisa, quien anunció que prontamente empezarían a grabar una novela titulada «Besos de Amargura» usando estos sucesos reales como inspiración. Aunque todavía no hay nada concreto, se rumora que el papel de María Yaritza sería interpretado por la etérea Thalía, y el papel de Marcos Armando sería interpretado por Arturo Peniche después de ser sometido a varias operaciones quirúrgicas para disimular su entrada edad.

Por El Rata