«En verdad estábamos frustrados con el muchachito», admitió Spoelstra. «Ya nos habían dicho que sólo servía para servir café y traerle costillitas a los muchachos, pero dado que había tenido problemas de actitud en todos los equipos que ha estado, sabíamos era sólo cuestión que alguien le bajara el moco», le intimó el entrenador a los guardias homenajeados. «Yo quisiera que lo vieran ahora. Practica fuerte, no se muerde la bola como antes, y lo mejor de todo, ya no trae el jodí’o boombox con el reggaetón encendí’o a los camerinos. Ahora es un muchachito ejemplar, y como han visto, se ha ganado un sitio en el cuadro. ¡Qué mucho ayudó que le llenaran la cara ‘e dedos!».
Arroyo terminó con 12 puntos y 10 asistencias en el partido, lo cual Spoelstra le atribuyó al hecho de que los policías homenajeados estaban sentados justo detrás del reformado jugador. Por esta razón, la gerencia del equipo procedió a regalarle season tickets a los agentes de la ley y el orden con asientos asignados justo detrás del banco de los Heat, «pa’ que le sigan teniendo el ojo echa’o a Carlitos, por si las moscas».