Anchorage, Alaska – Fuentes anónimas difuminaron ayer entre los medios noticiosos el cuestionario que tuvo que responder Sarah Palin, la juvenil gobernadora del estado de Alaska, para poder ser considerada como candidata vicepresidencial por el Partido Republicano. La parca encuesta constaba de solamente tres preguntas las cuales se limitaban a asegurarse que la aspirante a la candidatura primero que nada fuera mujer, y segundo que fuera exactamente lo opuesto a la otrora candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton.
El cuestionario, reproducido próximamente a cabalidad, constó simplemente de tres preguntas:
Cuestionario para candidatas aspirantes a la vicepresidencia bajo el Senador John McCain:
1. ¿Tienes una vagina?
2. ¿Naciste con una vagina?
3. ¿Eres diametralmente opuesta en todos los sentidos a la Senadora Hillary Rodham Clinton?
Si respondiste «Sí» a las tres preguntas, ¡felicidades! ¡Eres la compañera de papeleta de John McCain para las elecciones presidenciales del 2008!
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La Gobernadora Palin rápidamente negó que el proceso de selección que se llevó a cabo para auscultarla como la posible candidata vicepresidencial por el Partido Republicano fuera tan simplista: «Primero que nada, no fue simplemente que me preguntaran si nací con una vagina: tuve también que presentar evidencia de que sabía usar maquillaje apropiadamente (aparentemente buscaban evitar el fiasco de la payasa circense de Katherine Harris, la Secretaria de Estado de Florida durante las controversiales elecciones del 2000). También tuve que enviarles un résumé grabado en video, para demostrar que yo soy blanca, que no tengo acento extranjero, y que me veo bien incluso bajo las inmisericordes bombillas fluorescentes. No fue tan fácil como probar que soy mujer: ¡también tuve que demostrar que mis posturas políticas son igual de retrógradas y anti-feministas como las de cualquier viejo republicano!», aseguró vehementemente.
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El añejo Senador McCain sacó unos minutos de envejecer a plazos cómodos para igualmente salir a la defensa de su proceso de búsqueda de la vicepresidenta perfecta: «Sarah Palin es la candidata ideal para el puesto, irrespectivo de cuán mujer sea, cuán rica esté, o cuánto sea el sueño mojado de todo evangélico conservador. El proceso de selección para mi compañera de papelera fue arduo y tomó varios días, principalmente porque enviar cartas hasta Alaska tarda con cojones. No nos bastó con saber el sexo con el cual nació: también inquirimos si le gustaba cazar alces y osos; si creía que a los niños se le debería enseñar en la escuela que el mundo comenzó con un hombre, una mujer, y una serpiente parlanchina; y si podía leer de un tele-prompter sin mover los labios. Con dos de tres nos bastaba, así que estamos muy satisfechos con nuestra elección. Además», finalizó McCain, «¡que no se canten los demócratas los más santos, que estoy seguro que cuando entrevistaron a [el Senador Joe] Biden sólo le preguntaron si era blanco, si tenía tanta experiencia que le habían salido canas, y si no era Hillary Clinton!».
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Se desconoce a ciencia cierta quién fue la persona que obtuvo la copia del cuestionario llenado a puño y letra de Palin, aunque es evidente que tuvo que haber sido alguien con acceso no restringido a la Gobernadora, dado que el cuestionario, como todo documento tangencialmente relacionado con la maquinaria del Partido Republicano, decía claramente que éste debería tratarse como «Confidencial y Súper-dúper Secreto», requiriendo incluso firma bajo juramento y lacrado con cera mezclada con sangre. Se sospecha que la que le sacó copia al documento y lo hizo disponible a la prensa fue nada más y nada menos que Bristol Palin, la hija adolescentemente embarazada de Palin, a quien se le ha escuchado refunfuñar por ahí que odia a su madre por obligarla a casarse, en sus propias palabras, «con un atorrante que tiene las mismas cualificaciones de padre y de esposo que tiene [Palin] de vicepresidenta».
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