«Okei, okei… Ya… Muy gracioso. ¡Ja ja ja ja! Ya me pueden tumbar en las encuestas. Por el amor de Dios, ustedes no me están considerando seriamente, ¿verdad que no?», preguntó un sudoroso Trump a la audiencia. «Le dije perdedor a John McCain por ser prisionero de guerra. Me le cagué en la madre a todos los mejicanos del país diciéndole ladrones y violadores. Ahora estoy hablando de discriminar abiertamente por religión… ¿Y ustedes están cool con eso? ¿No ven que estoy buscando que me den una patá’ por el culo? ¡Si yo no quiero ser presidente! ¿Quién en su sano juicio quiere bregar con la economía, la inmigración y con ISIS todos los días? Vamos, dejen la jodienda ya y acaben de hacer lo que cualquier electorado cuerdo hubiera hecho ya: ¡descartarme como una opción seria! ¡Yo lo único que quería era subir los ratings pa’ mi nuevo programa de televisión!», sollozó.
Encuestas reflejan que después de su súplica, sus números subieron aún más porque «eso es lo que necesita Washington: alguien que no quiera ser parte de él y que no quiera estar ahí».