«O sea, la fuerza laboral de este país se está jodiendo igualito que cuando se inventó la imprenta y miles de monjes se quedaron sin trabajo en 1440. Todos esos nobles monjes que se ganaban la vida escribiendo copias de la Biblia en fina caligrafía se volvieron obsoletos con la llegada de esa abominación que permite copiar libros idénticos en cantidades que esos monjes solo podían soñar. ¿Y se acuerdan de esos choferes de carretas de caballo que se quedaron sin trabajo con la creación del automóvil? ¿Y qué de las fábricas de velas que se fueron a juste cuando se inventó la luz eléctrica? Claramente seguimos en decadencia», señaló un iracundo Jackson a la prensa.
«Es por eso que estaré sometiendo legislación para que no se invente nada en este país sin mi autorización. ¡Esta guachafita de estar inventando cosas sin pensar en los empleos que se perderían en industrias que se volerían obsoletas no puede continuar así! Pueden estar seguros que bajo mi tutela, desastres como el correo electrónico, que han puesto en mortal peligro al servicio postal de los Estados Unidos, no volverán a ocurrir», aseguró. Le preguntamos al representante si este rant no era simplemente un mal pensado intento de lucir como un defensor de los empleos en los Estados Unidos, y este simplemente contestó: «¡Shhhhhhh!».