San Juan, Puerto RicoEl proyecto de ley de la administración de Ricky Rosselló que pretende obligar a las tres ramas gubernamentales a ser más transparentes con el pueblo es la primera en cumplir con el mandato, siendo esta escrita en tinta invisible, de modo que ni siquiera sus autores ya saben qué dice.

Papel en blanco con bolígrafo al lado

La Ley de Transparencia, y el bolígrafo de tinta invisible con la cual fue firmada. [Imagen suministrada]

«¡Esta ley es tan diáfana que nadie siquiera puede leer su texto!», explicó entusiasmado el gobernador Rosselló. «Hay rumores de que esta legislación obliga a las oficinas de las distintas ramas del gobierno a responder a peticiones de información pública en menos de 10 días laborables, pero no sé cómo nadie podrá verificar eso, porque la ley fue escrita en tinta invisible y ya nadie la puede leer. ¡Y no es de esa tinta que le echas limón por encima y se puede leer, no: esta es invisible de verdad! ¿Querían transparencia? ¡Pues aquí la tienen! ¡La ley hasta fue impresa en papel de calquear, por eso de hacerlo todo lo más translúcido posible!».

Teóricamente a través de esta ley, el público podría pedir acceso a documentos de interés público que el gobierno de otra manera intentaría mantener escondidos, pero lo cierto es que si hay algo que la administración no quiere que se haga público (*cough* el presupuesto *cough*), se inventarán alguna excusa para no divulgarlo. «Hablando claro, yo no sé por qué la gente tanto fastidia con que quiere ver este tipo de información», admitió exasperado Rosselló. «En serio: si mi administración hubiera hecho público nuestro presupuesto antes de sometérselo a la Junta de Control Fiscal, ¿alguno de ustedes hubiera hecho tres carajos con esa información? ¿Hubieran dejado de ver Netflix, beber cerveza o jugar PlayStation y hubieran sacado su calculadora y Excel para tirar números y ver cuál es la que? ¿No, verdad que no? ¿Verdad que hubieran seguido haciendo lo suyo tranquiléin? Ah, pues bien: mi ley de transparencia escrita en tinta invisible les permitirá seguir enajenados y pensando en pajaritos preñados: ¡de nada!».

Por El Rata