Arecibo, Puerto Rico – En lo que ejemplifica el concepto de un slow news day, la semana pasada el magacín Primera Hora reportó sobre un grupo de caballos que solía congregarse al frente de la oficina de un abogado en el pueblo de Arecibo. Lo que el simpático artículo no indicó, sin embargo, es que los equinos estaban intentando conseguir representación legal en su demanda por difamación contra el exgobernador Carlos Romero Barceló por «acaparar –y mancillar– el significado de la palabra ‘caballo'».

Caballos sueltos en un pastizal

Estos caballos, vistos aquí en medio de la gran urbe arecibeña, siguen buscando algún abogado que los acepte como clientes [Imagen suministrada]

Según el reportaje, a los tres jamelgos en cuestión se les ve frecuentemente merodeando las calles del pueblo de Arecibo –a pesar de la nueva legislación que reglamenta el control de dichos animales en las vías públicas. Los equinos, sin embargo, no estaban simplemente vagando errantes por la calle, trillando a viejitas asustadizas y defecando por doquier: estos estaban buscando a algún abogado que aceptara presentar una demanda contra Carlos Romero Barceló por apropiarse del mote «el Caballo» y, de esta manera, difamar el buen nombre de sus contrapartes de cuatro patas. Los animales excusaron su presencia en las calles del pueblo de Arecibo, explicando que «no es como si hubiéramos podido simplemente hacer una búsqueda por abogados en Google –¡nuestras pezuñas no son exactamente ‘keyboard-friendly‘!».

Las pezuñas de un caballo

«¡Digamos que también guayamos las pantallas de par de iPads antes de convencernos de que no podíamos simplemente hacer una búsqueda en computadora!», relincharon los potros [Imagen suministrada]

La querella de los animales de carga explica que estos han tenido que soportar por décadas que el nombre de su estirpe sea asociada con un político que, incluso décadas después de su época de relevancia, sigue evocando fuertes emociones negativas entre muchos puertorriqueños. Relámpago, el corcel a cargo del grupo equino, preguntó retóricamente: «¿Cómo se sentirían ustedes si yo me hiciera famoso por alegadamente mandar a asesinar –o encubrir el asesinato de– un grupo de caballos cimarrones, y luego me hiciera llamar ‘el Humano’? Bueno, aunque hablando claro, todos los días las personas hacen cosas como esa –o peores– sin que nadie pestañee… pero nosotros los caballos somos conocidos por ser animales nobles y gentiles. No nos arrastren a su lodazal: ¡allá ustedes los humanos si quieren ser unas bestias!», relinchó Relámpago con ira.

Por su parte, el exgobernador Carlos Romero Barceló expresó estar tranquilo ante las intenciones litigiosas de los jamelgos: «Para probar difamación, estos potros primero tendrían que probar en una corte de ley que yo he hecho algo malo que los desprestigia a ellos por asociación, lo cual no es cierto porque lo digo yo, y mi palabra es oro porque jamás he dicho una mentira. Además, si tantas vistas públicas a través de las décadas no han logrado encontrar evidencia alguna contra mí, ¿qué suerte van a tener un grupo de animales que dejan que cualquier Juan de los Parlotes se les trepe encima?». Romero Barceló añadió que no teme que haya una acción legal contra él porque desconoce el significado de la palabra «derrota»: «¡Lo digo literalmente! Una vez un reportero me preguntó algo de que si yo creía que podía afectarme una tal ‘derrota’, y yo le pregunté: ‘¿’Derrota’? ¿Qué es ‘derrota’?’, pero él nunca me contestó, ¡así que sigo sin saber qué quiere decir eso!».

Carlos Romero Barceló al frente del Capitolio de los EEUU

Carlos Romero Barceló, mejor conocido como «El Caballo», aquí también desprestigiando con su presencia el Capitolio en Washington, D.C. [Imagen suministrada]

Por El Rata