San Juan, Puerto Rico – Esta semana, una jueza ordenó el cierre del Colegio La Milagrosa en Cayey durante su segundo día de clases por una demanda establecida por seis vecinos retirados a quienes les molesta el paso de los automóbiles para buscar y dejar a los niños. Dichos vecinos manifestaron su compromiso con la educación, pero no ven por qué tienen que soportar el ajetreo diario del entra y sale de estudiantes durante 2 horas al día si ya ellos estudiaron hace tiempo.

Si alguna alma caritativa quiere donar un autobús y estacionarlo permanentemente frente a la casa de algún incordio vecino del plantel, bienvenido sea. [Imagen suministrada]

«No, m’ijo, fuck that shit. ¡Que se forje el futuro de este país en algún otro sitio que no sea al frente de mi marquesina!», manifestó don Eustaquio Miranda, residente del área. «Yo serví mi tiempo en la escuela por 12 años. Por 12 años me jodí como un puerco. ¡Ya yo cumplí mi deuda con la sociedad! Ahora si me perdonan, ¡voy a entrar y sacar el carro de mi marquesina por la próxima hora, para celebrar que esos mocosos no me están bloqueando el acceso!», aseguró eufórico.

Por otro lado, la jueza Diana Pérez Pabón, del Tribunal de Guayama, aseguró que no se le ocurrió ni una sola opción para bregar la situación que no fuera enviar a 545 estudiantes pa’la Universidad de la Calle y exponerlos a Tecatería 101, Ocio 101 y No Estoy En La Escuela Por Culpa De Un Chorro De Viejos Agria’os 3016.