Carolina, Puerto Rico – La semana pasada en el estado de Arizona, Joseph Wood, un hombre condenado a la pena de muerte, agonizó por dos horas durante su ejecución cuando un imprevisto causó que esta se prolongara más de lo debido. Dado el revuelo que esta ejecución fallida ha causado (por ser considerada por muchos castigo cruel e inusitado), Arizona ha decidido que de ahora en adelante cambiará su método de pena de muerte de «inyección letal» a «merodear la Avenida Baldorioty de Castro hasta que alguien te pegue un tiro».

Una sala de inyección letal

El estado de Arizona logró de alguna manera fracasar a la hora de ejecutar a alguien amarrado a una camilla [Imagen suministrada]

«Somos conscientes que el que la pena de muerte sea legal en nuestro gran estado no nos da el derecho de torturar a un reo por dos horas –¡por más que eso sea exactamente lo que quisiéramos hacer!», admitió Billy Bob Garrett, alcailde de la penitenciaría estatal de Arizona. Garrett explicó que avala la pena capital «porque queremos que los criminales de Arizona sepan que nuestros ciudadanos los encuentran tan poco gratos como encontramos a los mexicanos y los negros (¡y acá entre nos, a mi parecer ‘mexicano’, ‘negro’ y ‘criminal’ son sinónimos!)». Según el funcionario, la pena de muerte es un valioso instrumento para combatir el crimen, porque –aunque no haya evidencia de que esta sea un disuasivo efectivo contra el crimen y sí hay evidencia de que personas inocentes han sido ejecutadas por el gobierno– «matar a alguien que ha cometido un crimen violento se siente tan cabrón y tan… ¡bíblico! Quien crea que esta horripilante violación de derechos civiles que el gobierno de Arizona ha perpetrado contra Joseph Wood nos servirá para tener un diálogo franco sobre la pena capital y quizás recapacitar sobre su uso, ¡jamás ha visitado Arizona!».

«Si por mí fuera los ahorcaría a to’s con alambre de púas y los dejaría caer en una piscina llena de tiburones hambrientos… ¡tal como lo haría Jesús!», intimó Garrett píamente

En vez de conmutar otras sentencias de muerte que aún no se hayan llevado a cabo en lo que se investiga el porqué de la ejecución fallida, Arizona optó en vez por simplemente usar un método alterno que garantice satisfactoriamente la defunción del condenado: comprarles un boleto de ida a Puerto Rico y obligarlos a recorrer la Avenida Baldorioty de Castro hasta que los encuentre una bala perdida (algo que, según Garrett, tomará mucho menos de dos horas). «En realidad no nos importa a la fin y a la postre si nuestros condenados a muerte terminan siendo víctimas de un espontáneo tiroteo intervehicular o de un masivo accidente automovilístico», confesó el alcaide arizoniano. «¡Después que se los lleve Pateco, está to’ habla’o!». Para agilizar la defunción de los delincuentes, Garrett explicó que estos transitarán la peligrosa avenida un sábado por la noche en un Tercel verde con cristales ahumados y varias calcomanías con mensajes que inciten a la violencia, tales como: «Anoche me tiré a tu mamá», «El reggaetón es una mierda» y «El verdadero ‘Plaza’ es Plaza Las Américas».

Un carro lleno de impactos de bala

Así luce el carro promedio luego de transitar la Avenida Baldorioty de Castro de noche [Imagen suministrada]

El estado de Arizona está confiado en que su nuevo método de ejecución surtirá el efecto deseado, sobre todo cuando par de los funcionarios que viajaron a la Isla para verificar la letalidad de la Baldorioty nunca regresaron y nadie conoce su paradero. «En realidad solo tenemos una preocupación sobre la viabilidad de este nuevo plan», confesó Garrett, «¡que algún juez estatal determine que enviar a un reo a merodear las calles de Puerto Rico es de por sí un castigo cruel e inusitado!».

Por El Rata