San Juan, Puerto Rico – La cadena noticiosa NotiUno 630 reportó este lunes en su cuenta de Túiter que solo hubo un asesinato en Puerto Rico el pasado fin de semana. Indagaciones más profundas revelaron que esta aparente merma en el número de crímenes violentos responde al hecho de que hasta los criminales boricuas están yéndose de la Isla buscando campos más verdes.

Miguel «Papo Mondongo» Jiménez, perito asaltante, contó cómo su profesión ha estado desmereciéndose en los últimos años: «La cosa está tan mala que los otros días paré a alguien en la calle para robarle y simultáneamente el tipo intentó asaltarme a mí. Terminamos comparando el contenido de nuestras respectivas billeteras y como el tipo estaba más pela’o que yo, coincidimos en que él debería terminar atracándome a mí. ¡Mi’ qué jodienda! ¡Eso sí que es ir por lana y salir trasquila’o! No en balde cada día más y más de mis compinches terminan largándose de aquí: ¡están yéndose a lugares donde la gente no esté en la prángana y aún se puedan encontrar víctimas con chavos a quienes robarle!».

«¡La cosa está bien mala cuando no puedes ni asaltar a alguien en paz sin que venga y te asalte primero!», tronó Papo Mondongo

No solo los asaltantes, sino también los car-jackers están teniendo problemas últimamente desempeñando su menester. «¡Ay, Bijnen, la de cosas que me han pasado a mí!», se lamentó Aníbal «Tito Jumper» Peña, quien llegó a hurtar tantos vehículos en su época de gloria que se le conocía como «El Terror del Parking de Plaza». «La semana pasada estaba caminando yo de lo más tranquilo por la calle y viene un tipo, se baja de un Kia to’ ‘estartala’o, me encañona y me obliga a que me le lleve el carro, que según él estaba en un gas llegando a petróleo y no tenía con qué pagarlo. Ahora tengo yo que cargar a cuestas la porquería de limón ese que si hace mucho calor, no prende, y si lo miras muy duro, se apaga. Y para colmo de males, ahora tengo el Banco Popular encima mío preguntándome por el último pago y persiguiéndome como un exnovio stalker. Cuando uno es un car-jacker y tiene que andar por ahí en un Kia que es más moho que carro, ¡la cosa está bien mala, compadre!».

«Esta mierda de carro hasta los cristales rotos tiene», se lamentó Tito Jumper, «pero como el aire acondicionado no le funciona de todos modos, ¡lo guío así, qué rayos!»

Por su parte, ladrones que ha emigrado de la Isla cuentan que en sus respectivos destinos la cosa les va mucho mejor. Luis Raúl «El Bizco» Ortega, recién llegado a la Florida, exhorta a sus colegas puertorriqueños a que «brinquen el charco» para buscar mejor fortuna: «Aquí en Orlando puedo asaltar a mano armada, robar carros o meterme en cualquier casa y asegurarme de salir con más chavos de con los que entré… ¡y lo más probable es que mi víctima también sea boricua, así que no hay problemas de comunicación!». Lo mejor del caso, según el ecléctico criminal, es que «con los chavos que me gano puedo ir a Disney World cuando me dé la gana y pasar un día tranquilo sin temor a que me asalten».

«¡En cuando reúna los $94 que cuesta una entrada a Epcot, voy pa’llá que me las pelo!», prometió El Bizco, a quien, a pesar de sus inclinaciones criminales, jamás se le ocurriría colarse en un parque de diversiones sin pagar

Por El Rata