Moscú, Rusia – El pasado sábado se celebró en Crocus City Hall en Moscú el concurso de belleza Miss Universo, enmarcado por la polémica ley antigay en Rusia que penaliza con multas y hasta años en prisión el hacer expresiones de homosexualidad en público. A pesar de que las delegaciones terrícolas del certamen no parecieron inmutarse para protestar dicha draconiana legislación, la representante de la galaxia Andrómeda rehusó apoyar con su presencia el régimen abusivo de Vladimir Putin, «¡y eso que me crie bajo el gobierno del sanguinario comandante andromedense X’Flharr Gho’zz’r!».

Extraterrestre verde y delgado

Miss Universo 2013 no contó con la participación de la irresistible Miss Andrómeda, quien de otro modo seguramente hubiera hechizado a los miembros del jurado con sus sensuales curvas, su sedosa piel verde chatré y sus misteriosos poderes de manipulación mental [Imagen suministrada]

La nueva ley rusa, en pos de «proteger a los niños», prohíbe exponer a los menores de edad a la existencia de la homosexualidad –incluyendo protestas o demostraciones a favor de derechos de la comunidad LGBTT, o simples muestras de afecto en público. Esto no evitó, sin embargo, que se diese la ironía de celebrar un certamen de belleza intergaláctico en un país que criminaliza y aborrece a los homosexuales, a pesar de que sin estos las concursantes hubieran vestido harapos monocromáticos mal entallados; se hubieran tenido que maquillar con crayola y betún; y hubieran calzado chancletas metede’o de farmacia. Intentos de la comunidad LGBTT de que se moviera la actividad a otro país fueron infructuosos, y durante la transmisión el presentador –abiertamente gay y casado con un hombre– ni siquiera mencionó el punitivo estatuto ruso. Esto forzó a Miss Andrómeda a acudir a los medios terrícolas para alzar su voz de protesta, «aunque debería caérseles la cara de vergüenza de que quien rehúse patrocinar un país que promulgue leyes injustas sea un ente alienígena proveniente de otra galaxia».

Una vieja fea y mal vestida

Así luciría Miss Venezuela sin su séquito de homosexuales con peritaje en haute couture, maquillaje y sombreros pipirisnáis [Imagen suministrada]

La representante de la galaxia Andrómeda aprovechó su posición como reina intergaláctica de belleza para arrojar luz sobre la violación a los derechos humanos que representa la legislación rusa y los brutales ataques contra personas de la comunidad LGBTT que el gobierno ha tácitamente condonado. «¡Yo no puedo creer lo que mis órganos oculares compuestos están viendo, o lo que mis órganos auditivos ultrasónicos están oyendo!», tronó la voluptuosa beldad andromedense. «¿Cómo puede ser que tantas personas involucradas en la industria de los concursos de belleza no hayan dicho ni ‘este órgano de ingestión de nutrientes es mío’ ante tales atropellos, cuando trabajan rodeadas por otros seres humanos que, si fuera por el gobierno ruso, estarían to’s en la cárcel? Al menos yo no puedo dar por buenas estas circunstancias: quizás es porque de donde yo vengo nuestra sociedad ya ha avanzado a tal punto que nos hemos deshecho de muchos males sociales, tales como el racismo, la homofobia y el reggaetón».

La alienígena, sin embargo, se equivocó al aseverar que es la única concursante en haber abordado el tema de la homosexualidad: en una entrevista antes del certamen, Miss Perú rebuznó decimonónicamente que nunca tendría un hijo gay porque «esas cosas se dan cuando falta el padre, cuando se sufre una violación, cuando esa persona vive solo con la madre y las hermanas». «¿¡En serio esa tipa dijo eso con su organito de ingestión de alimentos!?», cuestionó Miss Andrómeda con incredulidad. «Ay, olvídate de eso: ¡este planeta de ustedes no hay quién lo salve! Yo me voy por donde vine: ¡teletranspórtame de inmediato a nuestra nave espacial, Skh’ot’ti!», ordenó a su piloto la despampanante beldad (satisfaciendo así nuestro requisito contractual de usar la palabra «beldad» al menos tres veces en cualquier noticia relacionada con certámenes de belleza).

Por El Rata