San Juan, Puerto RicoHéctor Pesquera, superintendente de la Policía de Puerto Rico, dimitió ayer a su puesto luego de varios meses de especulación. Aunque el gobernador Alejandro García Padilla aceptó la renuncia de Pesquera, fuentes cercanas al primer ejecutivo revelaron que este se pasó la noche entera llorando frente al televisor, comiendo mantecado y escuchando canciones cortavenas de barra de mala muerte.

El superintendente de la Policía, Héctor Pesquera

Héctor Pesquera aparentemente logró finalmente sobreponerse al Síndrome de Estocolmo que sería la única explicación lógica de por qué optó por permanecer en su puesto por tanto tiempo [Imagen cortesía de LUY]

La dimisión de Pesquera puso punto final al bromance entre él y García Padilla, quien luchó contra viento y marea (y lógica) para que Pesquera permaneciera al mando del cuerpo policiaco. Escuchando la canción «Que me la pegue, pero que no me deje» y comiéndose medio galón de Häagen Dazs de chocolate chip cookie dough, se le oyó al gobernador preguntarse «¡Oh! Y ahora, ¿quién podrá defendernos?» y clamar «¡No te me vayas, Pesqui!» entre amargos sollozos.

Envase de mantecado Häagen Dazs

No hay nada mejor para pasar un mal de amor que ahogarlo con deliciosas calorías y/o licor

Aún no se sabe a ciencia cierta quién reemplazará a Pesquera como superintendente de la Policía, pero muchos ya han escuchado a García Padilla refunfuñar que «quien quiera que sea no poseerá la astucia de Pesquera, ni sus años de experiencia como administrador, ni su barbita acicalada y sedosa».

Por El Rata