Cheliábinsk, RusiaEl asteroide que explotó sobre la región rusa de Cheliábinsk la semana pasada era nada más y nada menos que la morada de El Principito, el adorable protagonista de ese libro que seguramente leíste en la escuela porque no te quedó otro remedio.

El Principito en su asteroide

El Principito en su asteroide antes de quedar hecho añicos en una remota ciudad rusa

El planetoide B612, hogar de El Principito, tuvo un catastrófico fin la semana pasada cuando, mientras sobrevolaba una gélida región de Rusia, explotó en el aire y se desintegró en varios pedazos. El suceso fue capturado por un sinnúmero de habitantes de la zona en sus «dashboard cams«, las cuales sospechamos están ahí precisamente porque uno nunca sabe cuándo un asteroide se va a estrellar justo al frente del carro de uno. «Esta mierda me costó un fracatán de rublos y mi esposa me dijo que era una pérdida de dinero», admitió Konstyantin Zardov, «¡pero ahora mi video tiene millones de hits en YouTube! ¿¿¿Quién es un idiota malgastador de chavos ahora, Invanka???».

Edificio en escombros

Entre estos escombros seguramente está El Principito y dos o tres pétalos de su rosa

Hasta la fecha nadie ha podido dar con los restos de El Principito o los de su veleidosa rosa, aunque expertos aseguran que es improbable que ninguno de ellos haya sobrevivido la combinación letal de la explosión, el impacto y lo aburrida que debe ser la vida en Cheliábinsk. «El Principito siempre decía que ‘lo esencial es invisible para los ojos‘», citó Piotr Ivanov, testigo ocular de la colisión y líder de la expedición para dar con el paradero del chicuelo. «Sin embargo, ¡estoy seguro que ahora mismo un abriguito le sonaría bastante ‘esencial’!».

Por El Rata