San Juan, Puerto Rico – Expertos aseguran que el extraño fenómeno que obliga a macharranes bobalicones alrededor de la Isla a disparar armas de fuego durante despedida de año se debe a «sobrecompensación causada por micropenia aguda».

Luego de años de estudio, doctores del Instituto Checo de Investigaciones Baladís finalmente pudieron dar con la razón que motiva a tantos puertorriqueños a disparar balas al aire, sin importar cuán peligroso sea dicha práctica. «Se trata, en palabras claras, de penes bien chiquititos», aseguró el doctor Ion Paulik. «Estudiamos todo lo que tenían en común nuestros sujetos de prueba (todos miembros de la especie Macharranis portoricensis vulgaris) y, aparte de un cociente intelectual claramente por debajo de lo normal, notamos una marcada micropenia cuya clasificación científica es ‘francamente embarazosa’. O sea que no es nada más que la misma sobrecompensación que conlleva a muchos a comprar costosos carros deportivos; ir siempre ataviados con blinblineo chillón; y ponerle el apellido propio a toda propiedad y todo hotel de los cuales son dueños. De hecho, los penes pequeños se miden en una nueva unidad conocida como el trump».

Un hombre con gafas haciendo señal de algo chiquito

La opinión profesional del Dr. Paulik es que quien dispara al aire sufre de micropenia aguda y está compensando por algo

El estudio del fenómeno fue comisionado por la campaña «Cero balas al aire», la cual año tras año insta a la ciudadanía a no cometer la animalada de descargar un arma de fuego a tontas y locas. Agustín Del Valle, director de la campaña, contó que finalmente se hartó de que «por más que lo decimos todos los años, siempre aparece algún idiota malparido que se pasa nuestras advertencias por las pelotas y luego termina algún inocente pagando con su vida». En efecto, Del Valle admitió que el primer estudio que encargó su organización (el cual desafortunadamente no rindió fruto) fue el diseño de «balas búmerang» que impactarían a quien haya disparado la pistola al aire, «¡porque al menos eso sería justicia poética!».

Una bala usada

Esta bala que fue encontrada en el patio de una casa debió haber sido encontrada en la cabeza de quien la disparó

El Dr. Paulik no quiso ofrecer detalles específicos sobre el grado de micropenia que sufrían los sujetos del estudio, pero intimó que «estamos hablando de un rango que va desde ‘salchicha Carmela’ hasta ‘meñique de bebé'». Interesantemente, mientras más pequeño el miembro viril, mayor el número de armas de fuego que poseía el sujeto y mayor el número de balas disparadas al aire. «Por ejemplo, uno de estos caballeros se jactó de tener más de diez AK-47s y de vaciar varios magazines al aire el año pasado», explicó el galeno, «y digo ‘caballero’ sin evidencia médica a ese efecto, porque ni siquiera usando pinzas logramos medírselo».

Un hombre enseñando una vitamina en la mano

Algunos individuos en el estudio incluso tenían miembros «tamaño vitamina Centrum»

A raíz de los resultados de esta investigación se ha lanzado un nuevo estribillo, «El que dispara al aire #LoTieneChiquito», que se espera finalmente logre que mermen las desgracias durante la venidera celebración de Año Nuevo: «Bueno, ¡a menos que estos macharranes quieran revelarle a todo el vecindario que se necesita una lupa para encontrarles el pirulí!».

Una mujer mirando a través de una lupa

Ni siquiera los más tecnológicos instrumentos científicos podrían mesurar la longitud del falo de los macharranes que disparan al aire

Por El Rata