Washington, D.C. – En un colorido despliegue de ironía, el gobierno estadounidense solicitó otro préstamo más a la República China para poder comprar fuegos artificiales con los cuales celebrar su Día de la Independencia.

Con estos fuegos artificiales comprados con dinero ajena, los Estados Unidos celebraron su independencia

«¡Qué bueno es poder celebrar el 4 de julio a todo dar!», exclamó feliz el presidente Barack Obama mientras Hu Jintao, el Presidente de la República China, le extendía otro préstamo al gobierno estadounidense. Obama tuvo que recurrir a las arcas chinas porque en su propia tesorería no había suficientes fondos para comprar fuegos artificiales con los cuales celebrar el Día de la Independencia, «y si algo valoramos nosotros los americanos es nuestra libertad», aseguró el primer mandatario mientras firmaba el pagaré multimillonario al gobierno chino.

El presidente Obama, sonriendo como solo puede hacerlo quien incurre en deudas multimillonarias que otros deben saldar

«Chinito tenel agalado al plesidente Balack Obama pol la’ pelota'», intimó el primer mandatario chino zalameramente. «Glingo venil a pedil ma’ dinelo a cada lato y Chinito se lo dal tlanquiléin polque Chinito sabel que muy plonto lo’ Estado’ Unido’ selán completamente nue’tlo’… ¡solo nue’tlo’!», exclamó con una risa megalomaniaca. «Ademá'», añadió, «Glingo venil a lugal colecto pala complal fuego’ altificiale’, polque Chinito tenel un plimo que vendel fuego’ altificiale’ a buen plecio. Y si Glingo quelel un componente ‘Panasoanic’ o bocina’ ‘Bosse’ bien balatita’, Chinito también le podel blegal el caso».

Hu Jintao, el presidente chino, también puede conseguirte carteras ‘Brito’ a tremendo precio

Por su parte, los estadounidenses no criticaron que el gobierno federal incurriera en más deudas con los chinos con tal de poder tener una celebración con fuegos artificiales por todo lo alto. «Nosotros sabemos que en un futuro no muy lejano tendremos que aprender mandarín, pero por ahora lo que queremos es disfrutar antes que tengamos que cogerle el gustito a la carne de perro», explicó un hombre mientras veía embelesado el patriótico espectáculo nocturno. «Y hablando claro, ¡es reconfortante saber que nuestro gobierno es tan dependiente en el crédito y en el dinero ajeno como nosotros los mismos ciudadanos!».

Por El Rata