Bayamón, Puerto Rico – Ante miles de seguidores que no han sido despedidos, que les encanta que el gobierno regale $3,600 millones al primer colmillú’ que aparezca, o que simplemente acudieron «por el ideal, aunque me joda», el gobernador Luis Fortuño anunció ayer su candidatura a la reelección por el Partido Nuevo Progresista. Un entusiasmado Fortuño se comprometió a continuar «el cambio, la reconstrucción y la obra como solo sabe hacer el PNP», lo que prácticamente garantiza que futuros gobernadores del país solo tendrán que administrar la lista de la compra y el presupuesto de papel higiénico de La Fortaleza durante los próximos cuarenta años.

«¿Querían ver la fuerza del PNP? ¡Aquí está la fuerza del PNP!», comenzó diciendo un exaltado Fortuño en obvia referencia a la fuerza de cara que hace falta para reclamar como un logro haber «cuadrado» el presupuesto del país tomando un préstamo de $610 millones. «Hace exactamente dos años y medio, cuando asumí la encomienda que me diste como gobernador, te pedí que me ayudaras. Las finanzas del gobierno eran un desastre y el déficit que nos dejaron, intimidante», recordó Fortuño sobre los angustiosos momentos que le tocó vivir al inicio de su gestión y que pusieron en duda su capacidad para embrollar aún más al gobierno otorgando jugosos contratos a sus amigos de la infancia. «Pero hoy, dos años y medio más tarde, te digo gracias. Gracias por todo lo que tú has hecho por Puerto Rico», agradeció el Gobernador, quien al manifestar en varias ocasiones que su gobierno ha obrado en beneficio de los puertorriqueños aclaró cualquier duda que pudiese existir sobre la puertorriqueñidad de los accionistas de Goldman Sachs, Albertis Infraestructuras, y demás corporaciones que han gestado alianzas público-privadas con el gobierno.

«No, Pedro: mi fuerza es más grande que la tuya», explicó Fortuño al comisionado residente Pedro Pierluisi. «Pero sigue gastando como un demente en Washington, que vas bien…»

En su mensaje, Fortuño reclamó haber dado el mayor alivio contributivo en la historia del país, y aseguró que su plan es eliminar totalmente la contribución sobre ingresos. «Nunca nadie había logrado eliminar las contribuciones de tantos puertorriqueños en tan poco tiempo: ¡a menos de un mes de iniciada nuestra gestión ya 30,000 familias habían sido liberadas por completo del pago de contribuciones! ¡Eso es progreso!», exclamó el Gobernador en referencia a los afortunados 30,000 ex empleados del gobierno que en un abrir y cerrar de ojos se libraron de pagar contribuciones durante el 2009. «Y eso es solo el principio: ¡me comprometo a bajar las contribuciones de todo el mundo a cero durante el próximo cuatrenio! ¡Eso es justicia contributiva!», añadió Fortuño mientras más de cien mil empleados públicos brincaban de la emoción.

«¿Cero contribuciones pa’ to’ el mundo? ¿Pero y cómo vamos a caber 100,000 debajo de este puente?», se preguntó un ex empleado del gobierno tras conocer el plan de Fortuño

El Gobernador fue enfático al atribuirse la inverificable participación del gobierno local en logros de gran importancia del gobierno federal, como la desarticulación de las organizaciones criminales de Ángelo Millones y de Junior Cápsula. Mencionó además impresionantes proyectos de infrastructura que muy convenientemente comenzarían a construirse después de las elecciones, como la extensión de un Metro Urbano hasta Caguas, Canóvanas, Toa Baja y Barceloneta, así como al construcción de 100 nuevas escuelas a un costo de $756 millones. «Como puedes ver, amigo progresista, yo NO vengo aquí a prometer cosas que es evidente que nadie te puede cumplir (como hizo Aníbal con la ciudad fantasiosa esa que dijo que iba a construir sobre la Baldorioty): yo solo prometo cosas que se pueden hacer… ¡aunque no las vaya a hacer yo!», sostuvo Fortuño con una amplia sonrisa.

El mensaje concluyó con un enérgico reclamo de Fortuño por una solución definitiva al problema real del estatus de Puerto Rico: la falta de platos suficientemente grandes para los hambrientos vividores puertorriqueños: «¿Por qué tenemos que conformarnos con unas migajas aquí cuando nosotros lo que queremos es sentarnos en la mesa del comedor de allá?», preguntó retóricamente Fortuño, utilizando la poética metáfora para explicar de manera diáfana en qué consiste el problema desde el punto de vista del liderato estadista. «Y a mí que no me vengan con un trapo ‘e sángüich: eso es para populares inmovilistas. Yo quiero el filete completo, con home fries y un poquito ‘e gravy po’ encima», exigió Fortuño mientras los presentes bostezaban de hambre. Irónicamente, luego de exponer de forma tan convincente su posición, propuso solucionar el problema con la celebración de otro plebiscito con opciones coloniales incluidas, lo que según expertos en la materia garantiza que «el sangüichito ese que nos va a tocar va a ser de mezcla otra vez».

«¿Y encima hay más mezcla que sángüich? ¡No’ombe no! ¡Que nos acaben de dar la estadidad ya!

En notas relacionadas, fuentes revelaron que tras el anuncio de ayer la cúpula del Partido Popular Democrático celebró jubilosa «la basura de candidato del PNP» para las próximas elecciones. Esta reacción se da a escasos meses de que directivos del PNP expresaran gran regocijo tras la nominación de «la porquería de [Alejandro] García Padilla» como candidato a la gobernación por el PPD. Rumores sin confirmar aseguran que ante la necesidad de presentar un candidato tan cualificado como los de sus partidos rivales, el Partido Independentista Puertorriqueño considera seriamente postular un perro sarnoso que se la pasa durmiendo frente a su comité central en Hato Rey. Expertos en política local descartaron la necesidad de postular animales de granja para la legislatura porque «con lo que tenemos ahora mismo estamos más que cubiertos».