San Juan, Puerto Rico – Miles de puertorriqueños compraron hoy sus boletos para largarse de la Isla luego que se supiera ayer que el senador popular Alejandro García Padilla estaría anunciando en marzo su candidatura a la gobernación. Sin un real oponente dentro del Partido Popular, García Padilla parecería tener la nominación de su partido asegurada. Enfrentándose a la dura realidad de tener que escoger entre el gobernador Luis Fortuño y alguien igual de mama’o, sin sustancia e insípido, este grupo de puertorriqueños decidió que definitivamente era hora de pintarse pa’l carajo.


Ave María Puerto Rico…¿Cómo se siente caer de un mama’o a otro?

«No, mano, pa’l carajo. Ahora mismo me voy. Ni voy a esperar por ese anuncio», juró Luis Montañés, residente de Bayamón, al tiempo que metía todo lo que podía en su mochila. «¿Mano, tú puedes mencionarme una sola cosa que haya hecho ese cabrón excepto lucir como un lindín en la televisión? ¿Has escuchado a ese tipo asumir alguna posición de sustancia en estos dos años mientras deja que corra la especulación de su candidatura? ¿No te recuerda la campaña de otra persona que da la casualidad que es gobernador? No, chico: este tipo es Fortuño, pero popular. Pa’l carajo, brother, a juyir», aseguró.

Sin embargo, eso no es lo que más frustra a Luis: «Lo más cabrón de todo esto es que el 95% de este país va a votar por uno de estos dos imbéciles, mano. El 95% cree que uno de estos dos mama’os es la mejor alternativa que tiene este país. Y en la legislatura segurito vamos a tener Carmen Yulín, Evelyn Vázquez, Thomas Rivera Schatz, J-Lo, José Aponte, Roberto Arango, El Chuchin, a la nena de Sila porque es la nena de Sila, Chicky Starr y sabrá Dios si vuelve Yazmin Mejías. O sea, ¿está cabrón o está cabrón? No, mano, si yo me tengo que ir de aquí ahora. La alternativa es echarme gasolina encima y acabar con esta miseria. Anyway… No se me quedó nada importante, ¿verdad? ¡Ok, vámonos pa’l carajo!», exclamó, saliendo por la puerta de su casa mochila encima mientras su esposa e hijos miraban anonadados sentados en el sofá de la sala.