San Juan, Puerto Rico – Tras décadas de exigir que sus líderes políticos dejaran de mentir descaradamente sobre sus siniestras intenciones verdaderas, cientos de miles de puertorriqueños clamaron desesperadamente que por favor «ya dejen de decir la verdad, ¡por lo que más quieran!». El anuncio se dio luego de que la Presidenta de la Cámara de Representantes, Jenniffer González, confirmara ayer calmadamente que la intención tras el aumento en el número de miembros de la Junta de Síndicos es «tomar el control» de este cuerpo para «darle dirección», en lugar de utilizar alguna excusa barata de rigor para justificarlo.

Jenniffer González asume la tradicional pose antes de «tomar control» para «dar dirección». O para comer donas de Krispy Kreme, una de dos

«Contra, ¡está bueno ya! Aunque sea traten de cogernos de pendejos, ¡por lo que más que quieran!», exclamó acongojado Norman Pérez, afectado ciudadano y otrora crítico acérrimo de los políticos embusteros del país. «¿Cómo es posible que Jenniffer [González] ni siquiera hiciera un intento por esconder que la intención de la medida [sobre la Junta de Síndicos] era pasarle el rolo a los síndicos que votaron a favor del acuerdo con los estudiantes? ¡Es inaudito! ¡Exigimos que nos mienta!», declaró airado el ciudadano, claramente indignado ante la admisión de la presidenta cameral de que, en efecto, sus intenciones son aplastar a la comunidad universitaria en lugar de debatir con ella.

«¡Cuánto añoramos aquellos tiempos en que el jaiba de turno nos dormía cantándonos estribillos como Nuestros niños son primero o Hacienda está para servirte«, recordó nostálgico entre profundos suspiros. «Definitivamente, debemos volver a la Época Dorada de nuestra política», aseguró con firmeza, en referencia a los tiempos en que los políticos recurrían al fino arte de la patraña demagógica para robarse el dinero del pueblo en beneficio de todos. «Este fiasco tiene que terminar: ¡los políticos deben dejar esta desfachatez de andar diciéndonos la verdad así, sin un poquito de vaselina aunque sea!», concluyó ante gestos unánimes de aprobación de los presentes.

¡Oh, no! ¡Vaselina! ¡Corran, que nos van a espetar otra verdad!

Al ser abordado sobre el particular, el gobernador Luis Fortuño se mostró confundido ante el reclamo de menos sinceridad y más perfidia, manipulación y tergiversación: «Nosotros sólo estábamos atendiendo el reclamo histórico de ustedes, que se quejaban de que no éramos más que un chorro de embusteros colmillú’s que lo que queríamos era saquear el país a sus espaldas», dijo Fortuño, añadiendo que «uno creería que estarían agradecidos al saber que no somos embusteros».

El Primer Mandatario aseguró que de ahora en adelante complacerá a la ciudadanía metiéndole las cabras cada vez que sea necesario: «De hecho, creo que tengo por aquí la… ejem, ‘verdadera’ razón para aumentar la Junta de Síndicos», exclamó entusiasmado. «A ver, a ver… ¡aquí está!«, exclamó Fortuño mientras sostenía la exposición de motivos de la medida. «‘El beneficio real de la medida es involucrar a los ex alumnos de la institución en los asuntos más importantes del principal centro docente del País‘. ¿Contentos? ¿O prefieren que añada detalles sobre cómo buscaremos todas las opciones posibles para evitar implementar la cuota en enero?», preguntó un sonriente Fortuño mientras guiñaba un ojo.

Al cierre de esta edición había sido imposible obtener una aclaración de la representante González sobre si la dirección a la que pretende encaminar a la UPR es directamente hacia el Infierno, o si habrá paradas durante el camino para descansar y admirar el paisaje.

Hermoso paisaje que podrá ser admirado desde la torre de la Universidad justo después de la primera sesión de la nueva Junta de Síndicos