Copenhague, Dinamarca – Por primera vez en la historia de la humanidad, más de 180 países asistentes a la Cumbre de Cambio Climático llevada a cabo en Copenhague la pasada semana pusieron al lado sus diferencias y al unísono y sin ambigüedades le informaron al mundo su posición sobre el ambiente y el calentamiento global: «¡No nos importa un carajo!».

Líderes de las naciones ya desarrolladas y las que se están desarrollando no lo pensaron dos veces y pusieron al lado todas sus diferencias, logrando así el tan ansiado consenso climático. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se espresó muy satisfecho con el acuerdo: «Esto es una muestra de esperanza: cuando llegamos a Copenhague, muchos pensaron que no nos íbamos a poner de acuerdo en nada, y se equivocaron. En este momento histórico para la humanidad, los líderes mundiales hemos demostrado que estamos a la altura de los tiempos: los habitantes de nuestras naciones no quieren hacer sacrificios para mejorar el ambiente global, y eso mismo es lo que reflejan nuestros acuerdos… ¡o falta de acuerdos!». Ante imputaciones de la prensa internacional acerca de que no había ningún plan de acción, ni medidas claras en torno a cómo las naciones iban a poner de su parte para reducir las emisiones, Obama contestó: «Éste es un paso pequeño para un hombre, pero un gran paso para la humanidad», recordando las palabras célebres de Neil Amstrong cuando caminó en la Luna, aturdiendo así a los periodistas presentes con palabras lindas que no hacían sentido, como es su costumbre.

Por su parte, el Primer Ministro chino Wen Jiabao aseguró que él no sabía de lo que se trataba la conferencia: «Yo sólo vine porque me dijeron que iba a haber prostitutas de gratis, y eso me trajo hasta la reunión. Cuando llegué aquí, me enteré que esto tiene que ver con árboles o algo de eso. ¡Pero de verdad que lo de las prostitutas ha sido un palo!». A preguntas de que si no creía que el tema del calentamiento global era un asunto importante de atender, éste admitió: «Cuando venía en el avión leí en la revistita esa que ponen en los asientos y decía algo de que las montañas Himalayas se iban a descongelar totalmente para el 2016 y que parte de China se iba a quedar sin agua. Eso me preocupó por un momento, pero luego pensé que lo mas probable yo voy a estar muerto para el 2016, ¡así que eso va a ser problema de otro primer ministro!».


Primer Ministro Chino mientras hacía perritos y conejos durante las discusiones sobre cambio climático en Copenhague

Por otro lado, el presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula de Silva, se mostró molesto con las demostraciones en contra del acuerdo: «Yo no sé qué pretenden estos amantes de los árboles. ¿Acaso esa gente no sabe que ya tenemos la tecnología para hacer árboles artificiales? En muchas partes del mundo ya se usan para Navidad y nosotros en Brasil estamos remplazando la cuenca del Amazonas por estos árboles. Son mucho mejores ya que no sueltan hojas ni necesitan tierra; nos permiten preservar el paisaje para los turistas y a la misma vez usar la madera para hacer trompos». A nuestras preguntas de cómo estos árboles podrían ayudar al ecosistema debido a que no producen oxígeno, nos contestó asombrado: «¿Acaso tú no sabes que el oxígeno ya viene en tanquecitos de metal? ¿Cómo tú crees que esa gente que se viste de negro se mete debajo del agua por tanto tiempo? ¡De verdad que me sorprende la trivialidad de esta entrevista!».


El presidente de Brasil Luiz Ignacio Lula de Silva y el primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero mientras mostraban lo último en la tecnología para remplazar especies en peligro de extinción: estatuas de los animales

Representantes de los varios países informan que el acuerdo al cual llegaron de que «nadie quiere hacer tres carajos por el ambiente» no sólo entrará en vigor inmediatamente, sino que ha estado siendo enforzado retroactivamente desde tiempo inmemorial.