Quién Sabe Dónde, Puerto Rico – Con la meta de evitar que sus planteles sigan siendo el blanco de protestas y paros a manos de una ciudadanía y un estudiantado enajenados, la Universidad de Puerto Rico (UPR) ha tomado la decisión de mudar todos sus recintos a lugares desconocidos alrededor de la Isla. Luego de la relocalización, ni el personal docente ni los estudiantes sabrán dónde se encuentran los distintos recintos universitarios, lo cual muchos auguran que dejará igual o quizás hasta mejorará el promedio académico de muchos alumnos.

«Ya se acabó esta guachafita que tienen los estudiantes universitarios con querer interrumpir las clases con sus revoluces», aseguró Ricardo Martínez, Director de Operaciones de la UPR, omitiendo convenientemente mencionar el receso académico que el mismo Presidente Interino de la UPR decretó a la trágala dizque para la «seguridad» del estudiantado. «Tenemos que pararles el bolo a estos protestantes y es ya, porque a este paso, entre huelgas y paros, apenas hemos podido dar par de semanas de clase. Yo ni recuerdo la última vez que me dejaron entrar a mi oficina: es más, me perdí tratando de encontrarla y to’, porque ya ni reconocía los pasillos del edificio ni me acordaba en qué piso es que era. Para serles franco, no recuerdo exactamente qué es lo que hago en la administración, pero evidentemente una de las labores es encontrar lugares secretos donde mudar los recintos de la Iupi». En un inusitado momento de introspección, Martínez admitió que «quizás es culpa nuestra por preparar demasiado a los huelguistas profesionales egresados de nuestro programa de Huelgas y Brazos Caídos«. Al preguntarle si cree que la mudanza de la UPR tendrá efectos negativos sobre el estudiantado, Martínez aseguró que no, «porque para colgarse por tercera vez en la clase de Física no hay que saber dónde está el salón de clase».


Muchos de los que ahora piquetean al frente de los portones de la Iupi son ex-alumnos del programa de Huelgas y Brazos Caídos de dicha universidad: karma’s a bitch!

Sin embargo, la decisión sí parece haber afectado grandemente a la comunidad estudiantil, la cual, a partir de mañana, no sabrá dónde quedará la universidad donde cursan su grado. «¿Cómo es posible que no nos digan dónde va a estar la Iupi de ahora en adelante?», preguntó un estudiante de Ciencias Naturales del antiguo Recinto de Río Piedras. «¿Nos pueden decir al menos si va a estar en otro lugar de Río Piedras, o si podría estar en otro municipio completamente? ¡Más vale que no lo pongan ahora en Carolina, porque la madre mía se va a meter en esa olla de grillos a coger clase!». Similarmente manifestó su desazón una estudiante de Humanidades, quien se quejó: «Pérate, ¿¡y cómo voy a poder seguir cortando la clase de Inglés si no sé a qué salón de clase NO asistir!? ¡Esta mudanza coarta mis derechos de manifestar mi apatía por mi educación universitaria no acudiendo a las clases que considero irrelevantes!».


«Lo más difícil será esconder la torre de la Iupi cuando la mudemos», admitió Martínez. «Tendremos que meterla en el programa ‘Extreme Make-over, University Edition‘»

La zozobra era palpable en todos los recintos alrededor de la Isla, no sólo en Río Piedras. Un estudiante de Ingeniería del Recinto Universitario de Mayagüez (el cual se rumora se mudará a algún lugar secreto en Maricao para que pueda mantener las siglas ‘RUM’), se declaró igualmente frustrado: «¿¡Cómo obtendré acceso a los laboratorios de computadoras este fin de semana si mudan el Colegio a quién sabe dónde!? Yo tengo dos asignaciones pa’l lunes, tres proyectos que terminar este fin de semana, y un examen final el martes. ¡Yo ni sabía que se podía tener exámenes finales en octubre!», se quejó lloroso. «A la verdad que el Colegio está cabrón: ¡debí haberle hecho caso a mis panas y quedarme miqueando en el Sagrado Corazón!». Por su parte, un estudiante del Recinto Universitario de Cayey decidió buscarle el lado positivo a la situación: «Si van a hacer esta ridiculez, estaría chévere que mudaran el CUC encima de las Tetas de Cayey: ¡creo que más estudiantes irían a clase con tal de poder decir que se la pasaron el día entero encarama’os sobre una teta!».


La Universidad del Sagrado Corazón, claro está, seguirá donde siempre ha estado: donde a nadie le importa

Como era de esperarse, los estudiantes que se han dado cita en la línea de piquete y que han cerrado los portones de los diferentes planteles universitarios han puesto el grito en el cielo. «¡Esto es otro atropello más de la administración universitaria y del gobierno de Luis Fortuño! «, exclamó iracundo uno de los otrora manifestantes. «¡Es más, si supiera dónde carajo va a estar la Iupi mañana, agarraría de nuevo mi pandero, haría par de cruzacalles con el lema ‘¡SI ME MUDAS EL RECINTO, PA’L CARAJO ME PINTO!’ y organizaría a mis panas para cerrar la universidad!». Al preguntarle si también se sentía molesto que esta decisión le impedirá acudir a sus clases y obtener exitosamente su grado de bachillerato, éste respondió confundido: «¿Grado de bachille-qué?». Incluso los estudiantes rompehuelgas desaprobaron la decisión: «Por más que nos duela criticar alguna decisión del Gobernador del estado [libre asociado] de Puerto Rico, tenemos que admitir que esto de cambiar de la noche a la mañana la localización de los recintos de la UPR no nos gusta ni un poquito. ¿Cómo podremos intentar joder más que los masquejodes que montan los piquetes, si no sabemos dónde ir a buscarles pleito?».


Así luciría el barullo que habría mañana al frente de la Iupi, si alguien supiera dónde rayos va a estar

Al preguntarle a representantes de la administración del gobernador Luis Fortuño si otra manera de evitar manifestaciones masivas en los recintos universitarios no sería dejar de tomar decisiones que enajenen a la ciudadanía y al estudiantado, éstos respondieron que «eso de escuchar el sentir del Pueblo suena como demasiado trabajo» y aseguraron que «mudar todos los recintos universitarios estatales a paraderos desconocidos nos pareció una opción mucho más factible».

Por El Rata