San Juan, Puerto Rico – Intentando de llegar al fondo de la razón por la cual los puertorriqueños insisten, en elección tras elección, en escoger ya sea el candidato por el Partido Popular Democrático o el del Partido Nuevo Progresista, habiendo mejores candidatos en la papeleta, un grupo de científicos ha llegado a la conclusión de que el pueblo puertorriqueño sufre del síndrome de mujer abusada. Dicho síndrome, el cual dicta que una vez en una relación abusiva la víctima encuentra razones para seguir con el victimario, puede explicar precisamente por qué cuatrienio tras cuatrienio el Pueblo siempre elige los mismos partidos que llevan abusando de éste por décadas.

«La mejor manera de describir el síndrome de mujer abusada», explicó el Dr. Ion Paulik, del Instituto Checo de Investigaciones Baladís, «es con la frase ‘él me pega porque me quiere’. De igual modo, los boricuas insisten en elegir personas que representan los mismos dos partidos que por años han abusado de la confianza de la ciudadanía con actos de corrupción e incapacidad de atender las necesidades del Pueblo. Podríamos incluso concluir que se trata de un Síndrome de Estocolmo a nivel Isla, donde el PPD y el PNP tienen virtualmente secuestrados a los puertorriqueños y éstos se hacen los que les gusta la cuestión eligiéndolos vez tras vez». La seriedad el asunto es tal que el investigador no ha descartado como solución hacerle un intervention al electorado, como de ésos que ponen en Oprah cuando alguien rehúsa admitir que tiene problemas de alcoholismo: «No sería una exageración decir que los puertorriqueños están adictos al mal gobierno», razonó Paulik.


Quizás no sea demasiado tarde para que un «intervention» al electorado boricua surta efecto

El exhaustivo estudio (que comenzó el día después de estas últimas elecciones) ha traído a colación incontrovertible evidencia de que el votante promedio exhibe el mismo comportamiento que la vecina de más abajo, cuyo esposo es un borracho abusivo el cual ella defiende cuando le pega. «Empecemos con la evidencia física», expuso el Dr. Paulik. «De igual modo que una mujer abusada suele andar por ahí con los ojos morados, tenemos aquí un mapa de la Isla donde claramente se ve que Carolina es como el chichón hinchado y purulento de Puerto Rico: ¡ni te molestes en cubrirte con polvos o en venir con excusas mongas de que te caíste por las escaleras, Carolina, que a mí no me vas a engañar!». Además de esto, el investigador demostró cómo todos los votantes populares y penepés lograron racionalizar su candidato, defendiéndolo a ultranza y librándolo de toda culpa: «¡Sólo con el testigo! ¿Han oído ustedes de mujeres que dicen que su marido no tiene la culpa de pegarle? ¡Es la misma cosa!».


«Si no quieres que te siga pegando, pues no me elijas de nuevo», le había dicho proféticamente al Pueblo el aún-Gobernador Aníbal Acevedo Vilá

En efecto, tomando porciones de las respuestas que obtuvieron en la detallada encuesta que hicieron en una tarde en el Paseo de Diego, se evidenció cómo todos los votantes populares lograron eximir al Gobernador Aníbal Acevedo Vilá de sus 24 cargos federales, con excusas que iban desde: «Esos 24 cargos son pura fabricación de los Federicos» hasta: «¿Qué 24 cargos? No sé de qué me estás hablando». De igual modo, todos los votantes penepés hablaron de Luis Fortuño, el Gobernador Electo, como si fuera «el Salvador que nos traería por fin a la Tierra Prometida», aclarando que por esto no se referían a Jesucristo, sino al ex-Gobernador y masquejode profesional Pedro Rosselló. De hecho, enfrentados a las imputaciones de corrupción dentro de la administración de Rosselló, los votantes penepés se encogieron de hombros y dijeron que «Mientras más me roba, más me quiere». Una votante incluso admitió que votó por Fortuño con la esperanza explícita de que le saliera como Rosselló: «Con esa sonrisita inocente y carita de yonofuí [de Fortuño], tú sabes que lo que se esconde ahí detrás son los mismos tiburones que nadan en el océano de los ojos azules de Rosselló».


La carita de que no rompe ni un plato de Fortuño, la cual promete que mucho se esconde detrás

Los investigadores concluyeron que el PNP y el PPD «son como los ex-novios abusivos que se la pasan turnándose el favor de la ciudadanía: uno le pega, y el otro le roba chavos de la cartera para comprar ron, pero el Pueblo no sale de ellos porque le gustan altos, malos y criminalotes». El Dr. Paulik también ofreció una teoría alterna de que quizás el electorado piensa que «mejor es malo por conocido que bueno por conocer», aunque afirmó que lo más probable es que simplemente «tenga miedo de elegir a otro [partido] que lo trate bien y lo quiera de verdad. Piénsenlo así: los partidos minoritarios son como los estofones en las películas de adolescentes de los 80’s: los muchachos humildes que de verdad quieran al Pueblo, los que le traerían flores y sabrían arreglarle la economía, pero que se ven rechazados a favor del atleta abusador y altanero». Al preguntarle si entonces él cree que, al igual que en esas mismas películas, al fin y al cabo el Pueblo terminará con uno de esos bonachones partidos minoritarios, éste contestó con una carcajada: «No, ¡para nada! La vida no es como las películas de los 80’s… ¡Dios nos libre!».

Por El Rata