San Juan, Puerto Rico – El Gobernador Aníbal Acevedo Vilá, al encontrar que, tras su derrota (¿qué derrota?) electoral ya nadie está aportando dinero a la cuenta bancaria del «Fideicomiso de Justicia y Dignidad» para ayudar a su defensa contra los 24 cargos federales que pesan en su contra, organizó un «Telemaratón Para La Dignidad», «como los que hacían antes para los nenitos en sillas de rueda», en palabras del Gobernador.

Con este evento, Acevedo Vilá pretendía «complementar la cuenta del Fideicomiso para pagar al reguero de abogados que necesito, como persona inocente, para defenderme, y si luego sobra un alguito para que Piti y yo nos vayamos de crucero, pues mejor todavía». El Telemaratón fue transmitido en vivo durante todo el día de ayer en el Canal 6, el mejor canal para transmitirlo «dado que la única gente que ve el Canal 6 son gente con chavos». La meta trazada por el Gobernador fue de un millón de dólares, y al inicio todo pintaba bien porque en cuanto abrieron las líneas telefónicas ya habían recaudado $100 (aunque Acevedo Vilá admitió que ésa fue una donación suya para que la gente se animara, «ya tú sabes, igual como hacen los deambulantes para que uno les dé más chavos»).


Miren nada más esa cara de aflicción y sus sufridos seguidores: ¿no les dan ganas de donarle diez pesitos? Ok, ok, sabemos cómo luce: que la tenemos cogía con él. Pero coño, es que se nos va de Fortaleza el 2 de enero y después de eso nadie se va a acordar de él. ¡Hay que disparar los últimos cohetes!
El evento televisivo fue una versión desmerecida del Telemaratón Contra la Distrofia Muscular, contando con invitados de segunda y tercera categoría que no tenían nada mejor que hacer un jueves, y sólo dos o tres artistas de renombre. Loubriel, el cantante ochentoso y fanático acérrimo de los peluquines, se personó en los estudios del Canal 6 para compartir con el Gobernador y con la docena de televidentes una versión modificada de su mega-éxito «Yo Puedo», titulada «Los Federicos (Son Unos Lambetoilet)». En la opinión de los ahí presentes, la letra, aunque «emotiva», estaba «algo traída por los pelos… ¡sin alusiones personales, Loubriel!». Acevedo Vilá demostró su melíflua voz e indiscutible talento canor interpretando la canción a dúo con Loubriel, y luego de terminar de cantarla el Gobernador anunció que ésta se podía hallar en el CD que ellos recién sacaron al mercado, titulado «El Dúo La Voz Le Trina».
Otro personaje que compareció en el Telemaratón fue nada más y nada menos que Sandra Zaiter, quien fue engatusada por los publicistas de Acevedo Vilá al hacerle creer a ésta que se trataba del antiguo Telemaratón Contra la Distrofia Muscular. A pesar de que el Gobernador la recibió en una silla de ruedas propia, haciendo cucharita para que ella le cogiera pena, Zaiter se endemonió al percatarse del engaño y se fue rodando como alma que lleva el Diablo. Acevedo Vilá le imploró para que se quedara, arguyendo que ellos dos hacían una pareja perfecta, siendo «el Vegetal y el Gobernador favorito de todos los niños»; sin embargo, esto no logró disuadir a Zaiter de irse rápidamente, y mientras huía iracunda se le oyó decir que «si fuera un Telemaratón Contra la Distrofia Mental, entonces quizás sí».


Aníbal, haciendo su llegada al telemaratón entre un grupito de lambeojos, en silla de ruedas y desaliñado para que le cogieran pena
Entre los pocos tele-espectadores que se molestaron en llamar, hubo quienes lo hicieron solamente para decir pocavergüenzas mientras estaban en el aire, como un bambalán quien se identificó sólo como «Luicho» que se limitó a exhortarle al Gobernador «que se preparara para usar Brionis chinita y a dormir en la litera de abajo con un ojo abierto». También hubo quienes amonestaron al Gobernador por «tal bochornoso espectáculo», como le recriminó Fernando Martín: «¿Con qué fuerza de cara viene Acevedo Vilá a estar mendigándole dinero a este Pueblo que está sin peculio porque él desvencijó su erario? A todo aquél que me escucha, le digo lo siguiente: ¡tienes que estar bien tosta’o para donar chavos que no tienes a la defensa de alguien a quien no conoces personalmente y cuya inocencia no te consta!».


Se sospecha que el mandulete que llamó para burlarse del Gobernador es Luicho, el de la izquierda

Ya finalizada la jornada, Acevedo Vilá miraba con tristeza el marcador electrónico que señalaba que, luego de ocho horas al aire, su campaña había logrado ganar solamente $80, lo cual era inexplicablemente $20 menos de con lo que había comenzado. En ese momento, el Primer Mandatario decidió jugar su última carta para entretener a la teleaudiencia y sonsacarle dinero: «Bueno, amigo puertorriqueño», dijo éste con la voz quebrantada de llanto, «ahora haré lo que no pensaba que tuviera que hacer para lograr tu aportación: treparé el Palo Enceba’o… ¡para que veas que aquí no hay nada de dignidad, y que necesito tu dinero con urgencia! Por favor, ¡no me obligues a hacer algo verdaderamente desesperado y totón, como hacer un radiomaratón en la plazoleta del Centro de Bellas Artes de Caguas y transmitirlo en Radio Isla!». Al cierre del telemaratón se podía ver la patética imagen de Acevedo Vilá subiendo con dificultad el Palo Enceba’o, mientras los ahí presentes lo animaban con gritos de «¡Sube, Gobe, sube!».


En el medio se puede apreciar a Acevedo Vilá practicando a trepar el Palo Enceba’o

Por El Rata