San Juan, Puerto Rico – Luego de la renuncia por motivos puramente personales de la mitad de los candidatos del Partido Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR), el Presidente de la colectividad, Rogelio Figueroa, anunció ayer en una conferencia de prensa que se postulará para todas las posiciones disponibles en la elección general de noviembre. El Ingeniero Figueroa tomó la decisión luego de un ciudadoso y exhaustivo proceso de evaluación de potenciales sustitutos, tras el cual se percató de que es la única persona que queda en el partido.

El Presidente del PPR y candidato a la gobernación, Rogelio Figueroa, segundo desde la derecha, posa junto al candidato a comisionado residente, Rogelio Figueroa, y los candidatos a la legislatura, Rogelio Figueroa, Rogelio Figueroa, Rogelio Figueroa…

Figueroa explicó que, aunque de primera intención sus múltiples postulaciones parezcan ser una misión demasiado abarcadora, el paso resultó inevitable: «Inicialmente mi intención era crear un comité de evaluación de candidatos para seleccionar sustitutos, pero por más que llamaba a los miembros de la Junta de Directores, lo único que me salía era un mensaje de la operadora diciéndome que los números estaban temporeramente desconectados. Entonces cuando vine a las oficinas centrales a ver qué pasaba, lo que me encontré fueron pasquines y pegatinas de otros partidos», explicó Figueroa. «La gota que colmó la copa fue cuando mi candidato a Comisionado Residente, como sea que se llame, me dejó un Post-It en la puerta anunciándome que había decidido endosar a Pierluisi», dijo Figueroa en referencia al candidato a ese puesto por el Partido Nuevo Progresista. «Obviamente, tomando en cuenta que tenemos aún siete milloncitos que gastar, lo que queda es correr para todas las posiciones. De ahora en adelante me pueden llamar ‘El Increíble Hombre-Orquesta'», dijo el ahora candidato a gobernador, comisionado residente, senador, representante, asambleísta y alcalde de 78 municipios.

«El nuevo tamaño de nuestro partido– que diga, mi partido», se corrigió Figueroa, «ciertamente facilita muchas cosas: a saber, todos los pasquines promocionales que imprimamos ahora pueden llevar mi imagen, y tener debajo escritas todas las posiciones por las que estoy corriendo, en vez de tener que sacarle foto a todos los mequetrefes que solíamos tener en mi colectividad». Ciertamente, desde que el partido goza con una membresía de uno, los procesos deliberativos de la Junta de Directores han resultado sumamente sencillos, y todas las medidas se han aprobado unánimemente. Por ejemplo, el lema del partido, otrora «Peor Es Na’«, se cambió a raíz de los nuevos cambios en las candidaturas a «Mejor Solo Que Mal Acompañado» (aunque también se consideraron «El Que Se Va No Hace Falta», «The One-Man Band«, y «Menos Perros, Menos Pulgas»). «De hecho, ya nos pusimos de acuerdo en el nuevo logo que estaremos usando, y que refleja nuestra expectativa de obtener un resultado aplastante en noviembre», dijo Figueroa mientras mostraba a la prensa el logo de un coquí algo desafortunado al cruzar la calle.

A la izquierda, el logo original del PPR; A la derecha, la nueva versión, que evidentemente simboliza el gran trabajo de carretera efectuado como parte de la exitosa campaña

Sin embargo, no todo ha sido color de rosa en el PPR, porque a pesar de su unitaria membresía, ha habido malentendidos en par de ocasiones. Por ejemplo, la impresión de los pasquines promocionales se ha retrasado puesto que el artista gráfico (Rogelio) aún no le ha dado el visto bueno a lo que el redactor principal (Rogelio) le había sometido; igualmente, Rogelio, el que está a cargo de las finanzas, no ha desembolsado todavía la suma que el comité de campaña (compuesto por Rogelio y Rogelio) había solicitado. Igualmente, dicen las malas lenguas (y las nuestras que no son muy buenas lo repiten) que Rogelio está teniendo una relación amorosa con la esposa de Rogelio, y que no sólo eso, sino que Rogelio se enteró del asunto y está metiéndole cizaña a Rogelio para que despida a Rogelio de la colectividad. Afortunadamente, Rogelio ha podido servir de mediador en el asunto, y hasta ahora ha procurado que estos pormenores no terminen de desgarrar la tenue fibra del partido.

A pesar de la dificultad de poder sacar hacia adelante el PPR, Figueroa se mostró esperanzado de que podrá resultar victorioso numerosas veces en noviembre: «Sé que en las próximas elecciones, el Pueblo eligirá la cuarta opción (saltando completamente a la tercera, la cual nunca ha escogido). Será un tanto ajetreado hacer de gobernador, comisionado residente y legislador simultáneamente, pero hablando claro, no es que el comisionado residente haga nada más allá de aburrir a los asambleístas de verdad en Washington (cuando lo dejan hablar)… ¡y mucho menos hacen los legisladores acá en la Isla! Además, ahorraré mucho siendo gobernador y legislador, porque así escribo la ley y la firmo de una sentá’, y sin venir con jodiendas de que la Legislatura hizo esto o aquello, porque estaré en ambas ramas gubernamentales. ¡Es más, cuida’o si me auto-nomino y me confirmo como juez del Supremo, y ahí sí que tengo todas las bases cubiertas!».

Figueroa culminó la conferencia de prensa asegurando que se siente «súper-dúper contento» de ser el ventiúnico candidato del PPR, insistiendo un poco desmesuradamente que «es mejor así, porque yo sé que en mí sí puedo confiar… ¡esto salió a pedir de boca! En serio: ¡aquí no hay problema alguno! ¡Todo va viento en popa!». A pesar de la aparentemente idónea situación que está atravesando su colectividad, Figueroa se apresuró a añadir: «aunque claro está, si alguien quiere unírseme y llevar esta lucha por Puerto Rico, que llamen a nuestro cuartel general, que nuestro recepcionista, Rogelio, gustosamente tomará sus datos para ponerlo en la papeleta». Luego, cuando creyó que nadie estaba prestando atención, se le oyó tarareando la canción «I’m So Ronery» acongojadamente.

El Ingeniero Figueroa realiza una de sus concurridas caminatas en compañía de los demás candidatos de la colectividad: «A la verdad que los mítines en los cementerios son mucho más animados que esto», se le escuchó decir, mientras estrechaba las manos a las matas de plátano que encontraba en su camino