Doquiera Esté Obama, EEUU – La Prensa americana, luego de un largo periodo de noviazgo y cortejo al candidato del Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Barack Obama, ha finalmente hallado el valor de declararle su amor a éste y «pedirle el sí» para formalizar así su relación sentimental.

La romántica declaración amorosa de la Prensa estadounidense se dio en los albores del programa «The Situation Room» en CNN, el cual es amenizado por el comentarista político Wolf Blitzer. Éste fue el portavoz de todos los medios noticiosos al momento de pedirle al candidato presidencial que les diera el sí: «Baracksito de mi alma», comenzó el peliblanco periodista con voz melíflua y entrecortada por la emoción, «nuestra relación ha sido larga y llena de amor. Desde cuando la bicha esa de la Hillary osó intentar destronarte de tu puesto como candidato presidencial, siempre estuvimos a tu lado, tirándote la toalla a ti y poniendo a la vagina devoramachos de Hillary como chupa, para que se regrese a Nueva York o a Arkansas o donde sea que esté la cuneta de la cual salió… ¡y ni mencionar cómo estamos ignorando metódicamente a McCain, sobre todo después que se le acabó el Cialis! Te hemos demostrado nuestra devoción, y ahora… ahora venimos… ¡ahora venimos a pedirte el sí!», confesó Blitzer con emoción.


Wolf Blitzer en la expectativa de la respuesta de su Príncipe Azul

En efecto, el percibido favoritismo de los medios noticiosos para con Obama fue sujeto de crítica por parte de la Senadora Hillary Clinton, la otrora candidata favorita para la nominación presidencial demócrata hasta que la realidad le diera un fuerte amansaguapo. «¡Ajá!», exclamó Hillary reivindicada. «¡Yo lo sabía! ¡Siempre lo dije que estos mequetrefes la tenían cogida conmigo y lo que hacían era pasarle la manito a Osama– ¡ay, perdón!, Obama, mientras que a mí me echaban a mondongo. Por ejemplo, en los debates siempre me hacían las preguntas primero a mí, como si yo viniera preparada a contestarlas así a la picá’; como él respondía segundo, así tenía tiempo para decir algo más inteligente y elocuente que yo. Todos sabemos que eso de pensar a la ligera (¡o pensar en lo absoluto!), no es lo que le compete a un Presidente, porque para eso están los asesores y los maridos. ¡Coño, miren a Bush, y díganme si ese bacalao ha tenido algún pensamiento propio en los últimos ocho años!».


Hillary Clinton con cara de pocos amigos… literalmente

Brian Williams, el hombre ancla del programa nocturno de noticias de la cadena NBC, rechazó la crítica de Clinton, asegurando que «si ella dejara de vomitar veneno por un segundo y se sentara tranquilamente a mirar dentro de esos ojitos azabache de ensueño que tiene Obama, se llenaría de gozo y esperanza. A mí ciertamente me dejan muy esperanzado… ¡de que él sea mío, mío, mío!», exclamó Williams sin poder ya contener su alborozo. «Al Senador –¡y futuro Presidente!– Obama sólo le quiero decir una cosa: you had us at ‘Yes, we can!’. No nos importa que no te pongas un prendedor con la bandera (¡eso de usar joyería es pura mariconería, hablando claro!), o que seas medio elitista y comemierda (¡míranos a nosotros nada más!), o que tu segundo nombre sea ‘Hussein’ (ok, eso está de pinga, pero te lo perdonamos de todos modos). Lo único que nos importa es que nos quieras como te queremos a nosotros a ti, y que nos des el sí: ¡dejémonos ya de tanto subterfugio y gritemos nuestro amor desde todo lo alto!».


Brian Williams tratando de seducir a Obama con la mirada

Ciertamente, no toda la Prensa americana aparenta estar igualmente embelesada con el Senador Obama, a saber, todos y cada uno de los reporteros de la cadena FOX News, los cuales queman una efigie de Obama cada noche en el estudio. «¡Wolf Blitzer no habla por mí!», aseguró vehementemente el comentarista político Bill O’Reilly, quien se tomó un receso de ser displicente y hostil con el equipo técnico de su programa para responder a nuestras preguntas. «Para mí, Osama– ¡ay, perdón!, Obama, debería dejar de tratar de cagar más arriba del culo y meterse a baloncelista, limpiador de botas, vendedor de drogas, o lo que sea que hagan los negros que no estén corriendo para Presidente… ¡y que no vengan los Liberales lloroncitos a decirme que ésos son comentarios racistas, porque en este país ya no se puede decir na’!». A pesar de su aparente desdén para con el Senador Obama, indagaciones más profundas revelaron que las declaraciones del comentarista político se tratan más bien de despecho, dado que Obama le negó a O’Reilly ser su compañero de papeleta en noviembre a pesar de sus insistentes súplicas. «¡Hubiéramos hecho una pareja tan linda!», exclamó lloroso O’Reilly, su fachada de odio ya desmoronada cual vivienda en Irak. «¡Te amo, mi Dumbito de chocolate! ¡¿Por qué no me amas tú a mí?!», increpó entre amargos sollozos.


Bill O’Reilly, zozobrando en llanto por el desprecio de Obama

Por su parte, Barack Obama manifestó estar aún «patidifuso» ante tanta muestra de amor, y aseguró que necesitaría tiempo para pensarlo porque no quería dar una contestación apresurada: «Deben entender algo», respondió a la Prensa el asediado candidato, «y es que yo soy un hombre casado. Sí, es cierto que he disfrutado del cariño y respaldo de los miembros de la Prensa, y de cómo fingen estar buscándome trapitos sucios y sacando al aire boberías que lo que hacen es demostrar implícitamente que no se ha podido hallar nada sustancial que usar en mi contra (‘terrorist fist bump’, anyone?). Creo que tenemos que considerar las implicaciones de yo darles el sí a ustedes, y de cómo los otros candidatos sentirían un ataque de cuernos al saber que la Prensa es mía y sólo mía». Muchos medios noticiosos han tildado ya esta respuesta Obama de «mesurada y razonable», algunos incluso añadiendo que «no nos molesta que nuestro rorro nos haga esperar por su contestación: nosotros estaremos aquí por él siempre»; sin embargo, Hillary Clinton opinó que la de Obama fue una «típica respuesta de hombre: así se puede quedar con la esposa y con la chilla… y créanme: ¡de esas jugarretas sí que sé yo!».

Por El Rata