Glendale, Arizona – Durante el campeonato de football americano de ayer domingo (mejor conocido como el Superbowl XLII), millones de fanáticos y televidentes rezaron fervosoramente porque Tom Petty, el cantante a cargo del programa de medio tiempo de este año, no tuviera un «wardrobe malfunction» (o «excusa fatula«, en español) como el que sufriera la cantante Janet Jackson durante el programa de medio tiempo del Superbowl en el 2004. Petty, quien tiene de atractivo lo que tiene Jackson de pudorosa, se mantuvo a Dios gracias cubierto durante toda su presentación, para el alivio de todos aquellos que presenciaron el campeonato y no son ciegos: sin embargo, es posible que estas plegarias concentradas en Tom Petty y no en los Patriotas de Nueva Inglaterra hayan resultado en su eventual derrota.


Tom Petty: feo con cojones, pero al menos completamente vestido (Imagen de Wikimedia Commons)

«Nunca antes había rezado tan fuerte», admitió Jonathan Lucke, fanático de los victoriosos Gigantes de Nueva York, «ni siquiera cuando estábamos perdiendo 7 a 3 en el tercer cuarto». Lucke confesó haber quedado «traumatizado» cuando en el 2004 Janet Jackson se reveló indecentemente, y es por eso que este año usó sus plegarias para que no se repitiera el suceso: «Cuando Justin Timberlake le arrancó parte de la blusa a la Janet Jackson y ésta enseñó su chabacano seno, yo me horroricé, porque… ¡una teta negra en mi casa, y con mis niños viendo! ¡Chu, Bijne! Aún así», aseguró Lucke, «sería aún más vomitoso que Tom Petty haya pela’o pa’bajo y nos haya enseñado sus insuficiencias». A pesar de manifestarse a favor de ver el programa de las porristas con trajes diminutos y ceñidos, Lucke declaró que «eso no es lo mismo, porque ésas son muchachitas blanquitas y lindas».


Janet Jackson en proceso de escandalizar a la nación americana con su teta marrón y su estratégico pastie plateado

Se rumora que fue precisamente el fervor religioso malgastado en evitar que Tom Petty revele ninguna parte de su arrugado cuerpo lo que causó que los Patriotas de Nueva Inglaterra perdieran el campeonato. Kyle van Niewaal, uno de los decepcionados fanáticos de los Patriotas, se lamentó por haber perdido «horas de rodillas implorando porque nadie le quite a Tom Petty ninguna pieza de ropa» en vez de haber dirigido sus plegarias a que su equipo resultara victorioso: «Y lo triste es que el juego estuvo tan reñido que quizás haber rezado porque ganáramos nosotros sí hubiera surtido efecto». Por su parte, Dios, Creador del Universo y del Ornitorrinco y fanático acérrimo del football americano, aseguró que en efecto «si los fanáticos hubieran empleado mejor sus ruegos, Yo hubiera hecho que a Eli Manning, el quarterback de los Gigantes, se le doblara un tobillo o algo así, para que ganaran los Patriotas… pero como lo que me pidieron fue no verle el pirulí a Tom Petty, eso fue lo que les concedí».


Dios, viendo el Superbowl, asegurando que «en realidad últimamente lo veo más bien por los anuncios»

Hubo incluso fanáticos que aseguraron que rogaron porque fuese Gisele Bündchen, la supermodelo brazileña que es la novia de Tom Brady, el quarterback de los Patriotas, la que sufriese un «desperfecto de vestuario» al frente de las cámaras. Billy Armstrong, un joven de 18 años que vio el campeonato en televisión desde su casa, aseguró que desde que se ligó parte del tetamen de Janet Jackson hace cuatro años no se ha perdido ni un segundo de ningún Superbowl posterior «por si las moscas», y que rezó porque fuera Bündchen (que quiere decir «jevota» en alemán) la que se «estetara» para el deleite suyo y de sus futuras fantasías masturbatorias. Aunque para su pesar esto no sucedió, Armstrong se consoló con que «al menos Tom Petty no enseñó na’ tampoco: ¡eso sí que hubiera sido un asco!».


«¿Por qué no pudimos ver algo así este año en el programa de medio tiempo?», cuestionó Billy Armstrong; «¿¡Por qué!?«

Por su parte, Tom Petty, al escuchar de la plegaria unida de los fanáticos, respondió parcamente: «Por mí se pueden ir todos a la mierda», mientras escondía enchismado el pastie plateado que llevaba puesto bajo su camisa.

Por El Rata