El Condado, Puerto Rico – En un confuso incidente que permanece aún sin esclarecer, el ex-Gobernador de Puerto Rico, Carlos Romero Barceló, fue agredido anoche por un desconocido mientras cenaba en un popular restaurante en el Condado. Aunque inicialmente se reportó que el agresor era un amigo banquero que compartía con el también ex-comisionado residente, la Policía descartó de plano esta teoría debido a que, según dijeron, es imposible que Romero tenga amigos, y mucho menos que cenen en público con él, e informó que la investigación de este suceso se ha visto afectada por una avalancha de llamadas de personas que reclaman ser responsables por la agresión.


El ex-Gobernador Romero Barceló se dirige a los medios noticiosos luego del incidente: se pueden apreciar, creemos, los daños causados a su hocico

El Comandante de área de San Juan, Leovigildo Vázquez, explicó que las versiones iniciales carecían de credibilidad alguna, por lo que la investigación aún no sale del arrancadero: «Lo que nos dijeron los supuestos testigos oculares del incidente es que ambos individuos se encontraban pastando amigablemente en el restaurante Pelayo, cuando Romero aparentemente hizo comentarios despectivos del Presidente Bush. Entonces el panita de Romero diz que se ofendió y le dio un pescozón», explicó Vázquez. «Esta historia OB-viamente tiene que ser falsa. O sea, ¡no sólo presume que Romero tiene amigos, sino también que alguien puede ofenderse porque le mienten la madre a Bush! ¡Imposible!», dijo un enfático Vázquez, descartando de plano este ángulo en la investigación. «Ahora mismo estamos enfocándonos en pistas con más probabilidad de éxito. Hasta ahora tenemos 890,000 personas que alegan haberle dado el pescozón al Caballo. Eso es ya más plausible”, dijo en referencia a la no tan extraña coincidencia entre el número reportado de agresores confesos y el total de electores que votaron íntegramente por el Partido Popular Democrático en las pasadas elecciones. «Nos tomará un poco más de tiempo seguir esta pista, pero estamos seguros de que estamos mejor encaminados. ¡Mira, diz que amigos de Romero! Pero qué ocurrente la gente…», comentó sonriendo el comandante. A preguntársele cuáles cargos le estarían radicando al autor de los hechos, Vázquez se mostró confundido: «¿Cargos? Oh, ¿eso fue un delito?», preguntó sorprendido el comandante, añadiendo que tendría que examinar de nuevo el video del incidente para corroborar si en efecto darle una gaznatá’ a Romero Barceló constituye algún delito.


Las cámaras de seguridad del Restaurant Pelayo captan el momento en que Romero Barceló recibe el vil galletazo; nope, aquí no se ve delito alguno

Ante la gravedad de las lesiones sufridas, Romero Barceló fue llevado de inmediato a la cercana clínica veterinaria Animal Emergency Clinic en Hato Rey, donde fue atendido por varios especialistas. «Afortunadamente las lesiones recibidas no son de gravedad: el ex-Gobernador se recupera satisfactoriamente de las heridas sufridas en su hocico», explicó la Dra. Frances Martínez. «Aún se encuentra un poco aturdido y diciendo un montón de incoherencias, como ‘Igualdad ahora’, ‘Estadidad para Puerto Rico’, y ‘Sea la madre de Bush’, pero eso debe ser por el golpe», aseguró la doctora. A Romero se le practicó una Tomografía Computadorizada como medida preventiva, la cual no reflejó sorpresas. «Aunque sabíamos que era poco probable que hubiese sufrido daño cerebral, lo sometimos a un CT scan para ir a la segura. Los resultados comprobaron lo que sospechábamos: ese cocote sigue lleno de agua», dijo la veterinaria.

La Dra. Martínez alabó la rápida intervención de las autoridades al trasladar a Romero Barceló a la clínica, con lo que lograron evitar lo que llamó «una posible desgracia»: «Cuando se enteraron de que el Caballo sufrió las lesiones, se personaron al lugar del incidente un reguero de veterinarios con sus escopetas, pero cuando llegaron, ya Romero Barceló había sido trasladado hacia acá. Se imaginarán lo decepcionados que estaban todos cuando les dijimos que la lesión no era en una pata y que no habría que sacrificar al animal después de todo», dijo la doctora.

Esperando fuera de la clínica estaban decenas de miembros de la Sociedad para la Prevención de Crueldad a los Animales de Puerto Rico (SPCA-PR) quienes, al enterarse del incidente, acudieron raudos y veloces al hospital veterinario. Marla Torres, la representante del capítulo local, declaró: «Pegarle a un caballo es un acto ruin y mezquino que nun— ¿qué? Ah… no fue que le majaron el hocicho a un caballo: fue a El Caballo… ah, si es así, que se joda. Carla, vístete, que nos vamos», le dijo a su correligionaria Carla Capalli, quien ya se había pre-desnudado en su usual pose de protesta.


Carla Capalli, al momento de descubrir que había pela’o pa’bajo porque alguien le había llenado la cara de dedos a Carlos Romero Barceló, y no a un caballo verdadero

Por su parte, el Gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, reaccionó consternado con la noticia, indicando que fue desafortunada la forma en que agredieron a Romero Barceló. «Eso es un problema que se viene arrastrando por añ… er, pérate, pérate», dijo Acevedo Vilá, al percatarse de que estaba leyendo el parrafito equivocado. «Evidentemente quien realizó semejante acto es un enemigo de la patria. ¿Cómo se le ocurre romperle el hocico? O sea, ¿tan difícil es romperle una pata?», preguntó el Gobernador, quien se encontraba en una charla con representantes de la Asociación de Banqueros Hipotecarios. «Es que definitivamente, si uno quiere que las cosas se hagan bien, tiene que hacerlas uno mismo», dijo el Gobernador con evidente convicción. Al ser informado que Romero Barceló se encontraba en perfectas condiciones, Acevedo Vilá reaccionó de forma airada. «¿Cómo que está en perfectas condiciones? ¿Qué, lo arreglaron?», preguntó retóricamente el Gobernador.


Un muy sonreído Gobernador Acevedo Vilá se dirige a los miembros de la Asociación de Banqueros Hiptecarios antes de conocer que la lesión de Romero Barceló no fue en una pata

A su salida de la clínica, el ex-Gobernador Romero Barceló fue parco al ser abordado sobre el puño que le dieron, limitándose a relinchar evasivamente: «¿Puño? ¿Qué puño?», mientras galopaba al lado de su inseparable jockette, Kate Donnely. Ante la insistencia de los periodistas de que no se hiciera el loco sobre la partía de cara que le acababan de dar, Romero apretó el paso sacándole cuerpo y medio a los miembros de la prensa: «¿Partía de cara? ¿Qué partía de cara? ¿Loco? ¿Qué loco?», resopló mientras se alejaba a galope acelerado.