San Juan, Puerto Rico – En un suceso que estremeció al país, Santa Claus, el alegre y desprendido símbolo de la verdadera Navidad, se encuentra bajo estricta protección policiaca luego de que un grupo radical de niños de diferentes partes de Puerto Rico alegadamente secuestraran y asesinaran a Rudolph, el Reno de la Nariz Roja, en represalia por Santa haberles entregado regalos diferentes a los que pidieron.

Los hechos alegadamente ocurrieron a tempranas horas de la tarde de ayer martes, Día de Navidad, al Santa despertar de una breve siesta luego de una atareada noche repartiendo regalos en diferentes lugares del mundo. De acuerdo a fuentes ligadas a la investigación, al Santa despertar se encontró a su lado en la cama la cabeza degollada de su fiel ayudante Rudolph, el Reno de la Nariz Roja, con una nota pegada a su frente que leía «¡Yo no pedí ropa, gordo cabrón!» Las fuentes indicaron que se recibió una llamada al sistema 9-1-1 en la que se escucha la voz de un atribulado Santa, implorando desesperadamente por ayuda a la operadora: «Ho ho ho! Merry Christmas! ¡Me quieren limpiar el pico! ¡Ayúdenme!».


El lente de El Ñame captura el momento en que autoridades policiacas levantan el cadáver de Rudolph, el Reno de la Nariz Roja; las autoridades buscan afanosamente el resto del cuerpo en diferentes restaurantes chinos

El teniente coronel Leovigildo Vázquez, jefe de la Policía en San Juan, informó que se encuentran investigando la aterradora escena del crimen, pero admitió que será difícil establecer la identidad de los delincuentes: «Hasta ahora no hemos logrado levantar huellas dactilares que nos ayuden a esclarecer este caso. No sabemos quién perpetró este acto, pero definitivamente pudo haber sido cualquiera, porque el viejo ése siempre trae regalos diferentes a los que uno pide. Mírenme a mí: ¡yo le pedí al idiota ése una Corvetta, y lo que me trajo fue una corbata! Gordo cabrón…»

Mientras tanto, un nutrido grupo de niños se arremolinó a las afueras del cuartel para protestar por lo que calificaron como otro abuso más de Santa Claus: «To’s los años tengo que hacer una chavá’ listita con los regalos que quiero, y to’s los años me trae ropa o medias o cualquier otra porquería», dijo el lidercito del grupo, Rafaelito «Felito» Feliciano. «Y los más seguro es que la ropa ésa que me trae es la que le sobró de mi vecinito, porque no le sirvió. ¿Quién le manda al viejo barrigón ése a regalarnos lo que le dé la gana? Ya el año pasado le habíamos advertido que si nos volvía a traer ropa en vez de un Xbox 360 con ‘Guitar Hero’, tomaríamos cartas en el asunto, vite?», dijo Felito, mientras sus compañeritos agitaban pancartas y coreaban estribillos al son de plena. Felito aprovechó para advertir a los Tres Reyes Magos «¡que se preparen, que ésos sí que siempre dejan un mazo de mierdas de regalos, y ya los demandamos por incumplimiento de contrato!»


El lidercito de la Federación de Niños, Rafaelito «Felito» Feliciano, encabeza la protesta efectuada en las afueras del cuartel de la policía de San Juan, entonando estribillos al son de plena: «¡Santa… seguro! Te vamo’a comer… los dulces!» Ante la protesta, un visiblemente tembloroso Santa salió apresuradamente de la comandancia de San Juan sin hacer comentarios a la prensa, escoltado por varios agentes de la Unidad de Operaciones Tácticas de la Policía de Puerto Rico

Por su parte, Los Tres Santos Reyes, siguiendo los consejos de sus abogados, fueron parcos al hablar sobre el incidente para no afectar la demanda de clase presentada contra ellos por entregar regalos mierdosos. Hablando a nombre del grupo, el Rey Melchor se limitó a decir que «nosotros siempre estamos pela’os. ¿Qué ustedes se creen, que venir volando desde tan lejos es gratis? Y a cambio de nuestro esfuerzo lo único que nos dejan es yerba para los camellos, y más na’! Nunca nos dejan ni una cervecita, ni coquito, ni un poquito de arroz con gandules aunque sea. ¡N’hombe no! Además, nosotros no tenemos la culpa de que los padres de estos malcriaos siempre guarden para el Día De Reyes los regalos mierdas, como ropa, medias y bultos para la escuela, mientras que para Navidad siempre den los regalos cool, como carritos de control de remoto y Playstations… Err, digo, que nosotros no tenemos la culpa de que traigamos regalos mierdas… porque los Reyes existimos, ¿sabes?», concluyó Melchor, alejándose apresurdamente tras darse cuenta de que un niño que pasaba frente a ellos acariciaba sospechosamente el pescuezo de su camello.